París - Bélgica, una de las naciones que reúne más talento de la Eurocopa y recuperada en su autoestima tras haber sumado dos triunfos seguidos, se mide hoy (21.00 horas) en Toulouse a una Hungría carente de estrellas que, a base de entusiasmo y trabajo colectivo, se ha convertido en una de las sorpresas del torneo. Si los Diablos Rojos ya eran al principio uno de los favoritos, por su constelación de estrellas y porque son la nación europea mejor situada en el ranking FIFA, nadie contaba que los magiares lideraran un grupo en el que figuraba Portugal.

Bélgica deberá demostrar que el tropiezo de la primera jornada contra Italia fue un accidente y que la mejoría evidenciada desde entonces por los de Marc Wilmots responde al verdadero momento que atraviesa el equipo. Por primera vez en su historia, ha encadenado dos victorias en una Eurocopa y aspira a una tercera que le acerque a su objetivo, igualar al menos la final que disputó en 1980. El poder ofensivo que otorga al equipo la asociación entre Eden Hazard, Kevin de Bruyne, Yannick Carrasco o Romelu Lukaku es su principal aval para sentirse favorito.

Esa superioridad es, justamente, la mejor arma de los húngaros que, sin apenas hacer ruido, lideraron su grupo y se presentaron en octavos como la nación más goleadora, con seis dianas, empatados con Gales, y como un equipo compacto y sólido. Asentada en una selección de experiencia, simbolizada por su singular portero Gabor Kiraly y su chándal, el futbolista más veterano de la competición, Hungría aspira a rememorar viejos laureles y a convertirse en una generación gloriosa pese a carecer de rutilantes estrellas. - Efe