Garbiñe Muguruza llega a Wimbledon, donde se produjo hace un año su definitivo salto a la fama, con un reto que solo Serena Williams ha logrado en los últimos 20 años: ganar consecutivamente en Roland Garros y en la hierba londinense. Realmente, es algo que solo las más grandes tenistas de la historia han podido alcanzar, pero de la jugadora de Caracas se espera mucho. Incluso, es posible que alcance el número 1 del mundo, aunque no parece probable, salvo que Muguruza repita al menos la final y se produzca un descalabro de Serena. “No pienso en eso, solo quiero ganar partidos en Wimbledon”, ha afirmado Muguruza para quitarse presión.
La conquista de la tierra francesa situará muy altas las expectativas de Garbiñe Muguruza en cada Grand Slam que dispute y ella es bien consciente de ello. Pocas jugadoras son capaces de jugar dos finales grandes en menos de un año y en este Wimbledon saldrá como segunda cabeza de serie, lo que provoca que no vaya a cruzarse con la campeona estadounidense hasta la final. Nunca ha partido la vasco-venezolana en un puesto tan alto en uno de los grandes y eso la convierte en una rival a batir desde el primer día. En Roland Garros sufrió en su estreno ante Schmiedlova y luego encadenó sets hasta el triunfo final.
Ya se sabe que la hierba es una superficie totalmente distinta, imprevisible, que ella descubrió con éxito el año pasado. De su versatilidad no hay duda, pero nadie está a salvo de un disgusto en Wimbledon, donde muchas jugadoras llegan finas tras las tres semanas de gira por las pistas británicas. La derrota en primera ronda de Mallorca supuso un aviso que le quitó horas competitivas de preparación, aunque Garbiñe Muguruza ha estado preparándose a fondo, incluso ha compartido cancha en Ginebra con Jo-Wilfried Tsonga. La de Caracas lleva unos días instalada junto al All England Tennis Club para acelerar la adaptación y debutará este lunes, si el tiempo lo permite, ante la italiana Camila Giorgi por la parte baja de un cuadro en el que no están dos de las últimas tres campeonas, Serena Williams y Petra Kvitova, ni Agnieszka Radwanska, a la que Muguruza ganó el año pasado en semifinales. Sí pueden aparecer en su camino jugadoras peligrosas como Lucie Safarova, Venus Williams, cinco veces ganadora en Wimbledon donde juega por decimonovena edición, Simona Halep o Angelique Kerber.
djokovic, a por el quinto El torneo masculino, que no contará con Rafa Nadal, espera para las semifinales un duelo entre Novak Djokovic y Roger Federer en lo que sería la revancha de la final del año pasado. El suizo llega por primera vez a Wimbledon sin ningún título en su palmarés del año y tras ceder en las semifinales de su torneo favorito de Halle ante Dominik Thiem. Por su parte, el número 1 del mundo no ha jugado desde Roland Garros, donde rompió el maleficio, pero eso no ha solido ser un problema para afrontar un torneo que se ha llevado en los dos últimos años. Djokovic, que abrirá ante el británico James Ward, tiene también un desafío por delante que puede encumbrarle aún más. Nadie en la Era Open del tenis ha conseguido ganar cinco Grand Slams de forma consecutiva. Llevarse este Wimbledon supondría, además, colocarse ante la oportunidad de completar los cuatro grandes en el mismo año.
Su gran rival a priori es Andy Murray, reforzado tras su quinto triunfo en Queen’s y tras recuperar para su equipo técnico a Ivan Lendl, con el que logró los mejores resultados de su carrera. El de Dunblane no gana un Grand Slam desde hace tres años y en este Wimbledon tiene por su parte del cuadro a Nick Kyrgios y Jo-Wilfried Tsonga. El tercero en discordia puede ser Milos Raonic. El canadiense llega a Londres asesorado por el incomparable John McEnroe, que le puede enseñar todos los trucos de la hierba londinense.