zumaia - “Hoy se cierra un círculo que empezó el 5 de marzo de 2010”, confesaba ayer Mikel Idoate en el Hotel Talasoterapia Zelai de Zumaia. Lo decía en una mesa rodeada de micrófonos y con toda la plantilla de Asegarce acompañándole. Era el momento de hacer pública una decisión que pendía de su cabeza como la Espada de Damocles desde hacía meses. Era el momento de dejarlo. Un 21 de junio. Recordó el ya expelotari txantrearra que era una “casualidad”, pero que anunciaba un 21 que se le acababa la vida profesional en un mundo en el que lo más importante es llegar al 22. “No hemos conseguido ganar, pero alcanzar el 21, de todos modos, no está tan mal”, apostilló. “Aquí se acaba mi carrera en la mano”, asintió. El navarro deja la modalidad por los muchos problemas de su mano izquierda, con la que lleva ya dos años a vueltas, con caídas, recaídas y apenas unos pocos repuntes de optimismo.
Idoate se lesionó el 8 de julio de 2014 mientras cumplía sueño. Después de acumular un tercer puesto en el Manomanista, tres semifinales en la disciplina en cuatro ediciones en Primera y una competitividad impresa hasta el tuétano, a Mikel se le destrozó la izquierda con el frontón Labrit de Iruñea en San Fermín repleto y coreando su nombre. “Era mi sueño. Tuve mala suerte por tener que dejar la pelota por la lesión de ese día”, agregó el txantrearra, quien analizó que “me voy contento, porque he hecho realidad un sueño. Desde que tenía catorce años, quería ser pelotari profesional y lo he conseguido”.
Agradeció el exprofesional a sus “compañeros” todo el apoyo, porque le han hecho sentirse “afortunado”. “El cariño es lo que me llevo”, reveló y se acordó de su círculo más cercano: “padres, abuelos, familia, María, mi compañera, mis amigos...”. “Quiero dar las gracias también a Asegarce, porque cuando cambié de empresa tuve dudas y me siento orgulloso de haber cambiado, por lo bueno y por lo malo; también a Iñigo Simón, médico de la empresa, porque ha luchado mucho por mí”, concretó Idoate, quien no se quiso olvidar de los apoyos en Aspe: “Jokin Etxaniz, Justo Lillo y Txema Urrutia”. Además, nombró a compañeros como “Juan, Julen, Abel, Mikel, Iker? Todos”.
Regresó una vez a las canchas, en mayo de 2015, sin continuidad y más problemas. Desde que causó baja no ha vuelto a atarse el gerriko. Así, la pena que le queda al exmanista es que no podrá despedirse “de blanco”. “Lo peor de estos dos años fue cuando volví de la lesión y vi que en vez de ir para arriba, iba para abajo, que tenía que jugar con el freno de mano, que no podía darle a tope desde el tanto diez. Eso es desesperante, ahora me voy tranquilo”, aseveró.
Por otro lado, Iñigo Simón explicó que la dolencia de Mikel es que le falta tejido graso en los “nervios colaterales digitales de la mano izquierda”. Así, se han ido acumulando los problemas del delantero. “No tendrá dolores para la vida normal, pero es una lesión que le imposibilita jugar a pelota a mano. En mis 18 años en Asegarce no he visto nunca algo así”, manifestó el galeno de la empresa bilbaína. La última opción a la que podía recurrir era experimental, colocando tejido graso del pie en la mano, pero “no le aseguraba nada”. Así que Idoate tomó la determinación. Se cierra su círculo.