Lyon - El comienzo de la Eurocopa fue para Italia otro día en la oficina, pura rutina para sumar los primeros tres puntos. La selección de Antonio Conte derrotó a Bélgica con sus armas tradicionales: orden defensivo, oficio a raudales y golpes mortales en las pocas ocasiones que se asomó con claridad por el área de Thibaut Courtois. Así, empaquetó un triunfo que la convierte ya en favorita del grupo y que fortalece una propuesta que lleva grabada a fuego a partir del bloque defensivo de la Juventus que componen Buffon y los tres centrales Bonucci, Barzagli y Chiellini. A partir de ahí, todos los demás saben perfectamente lo que tienen que hacer y el sacrificio es común.
En el bando de enfrente, las supuestas virtudes de Bélgica no aparecieron por ningún lado. Puede que Marc Wilmots maneje muchos jugadores con talento, pero no parece que mezclen muy bien y se aprecia una confusión de roles. Con un ritmo premioso y el balón pasando demasiado tiempo en los pies de Fellaini, los belgas no consiguieron elaborar ni una sola jugada con claridad. Hazard y De Bruyne estrellaban sus carreras en la pared italiana y Lukaku era incapaz de desmarcarse. Apenas un tempranero disparo de Nainggolan, jugador del Roma, había inquietado a Buffon y a una Italia que se encontraba cada vez más cómoda. Hasta que llegó la jugada clave del partido.
error defensivo Bonucci mandó un balón largo que se tragó la defensa de Bélgica por el lado de Alderweireld. Giaccherini, delantero del Bolonia, controló de maravilla y batió a Courtois con tranquilidad. El muro azzurro creció unos cuantos centímetros y su rival cayó en un fútbol previsible e ingenuo, donde la imaginación brillaba por su ausencia y solo asustaba, por decir algo, con disparos desde fuera del área. Incluso Candreva, con un gran disparo desde la frontal, y Pellé, con un cabezazo fuera tras otro error de la defensa belga, pudieron aumentar la renta. Por eso, el descanso llegó como un alivio para la selección de Wilmots.
En la segunda mitad, el partido siguió un tono idéntico con Italia cómodamente asentada y Bélgica peleada con la inteligencia. Tuvo Lukaku la posibilidad de igualar al inicio de la segunda parte, pero el delantero del Everton resolvió mal ante Buffon, una garantía aún pese a sus 38 años. Poco después, de nuevo Pellé remató de cabeza para que se luciera Courtois, que tuvo más trabajo que su colega. Wilmots buscó cambiar el ritmo con Mertens, que milita en el Nápoles, y el corajudo Carrasco, pero ninguno encontró espacios ni quien lanzara esa velocidad con cierto sentido. Tampoco Origi, blandito y desacertado en medio de la jungla italiana, mejoró a Lukaku y, así, Bélgica se consumió en la impotencia y en cierto desorden.
golazo para cerrar Italia tenía lo que quería, la entrada de Motta metió aún más músculo, pero se permitió otra alegría y aumentó la renta en el tiempo añadido gracias a un golazo de Graziano Pellé, que cazó de volea un remate con la defensa belga desubicada tras un buen centro del laziale Candreva, un futbolista muy infravalorado. El delantero del Southampton ha tardado en llegar a la selección azzurra, pero tiene intención de quedarse mucho tiempo para dejar en el recuerdo la polémica figura de Ballotelli.
El 2-0 no admite discusión porque Italia hizo lo que sabe y Bélgica no supo qué hacer. Ya van 34 partidos oficiales que los belgas no consiguen ganar a un rival que se les atraganta. Los italianos no abrían con triunfo una Eurocopa desde 2000 y, de repente, dieron un vuelco a los pronósticos. No se esperaba mucho de esta selección privada de la jerarquía y la clarividencia de Andrea Pirlo, pero demostró que hay que contar con ella, que de una manera u otra ha vuelto a encontrar la manera de ser competitiva. Al revés, se daba a Bélgica como candidata a llegar lejos, pero mucho tendrán que mejorar los leones para hacerse respetar y dar el paso que se espera de un equipo que llegó a encabezar el ranking de la FIFA.