Si parecía imposible que el Leicester ganara la Premier League y ocurrió, también puede ocurrir que Inglaterra brille algún día en la Eurocopa donde su mejor resultado histórico son las semifinales que alcanzó en 1996 en su país. Resulta aventurado considerar favoritos a los pross, pero aquel penalti que falló en la tanda Gareth Southgate y que dio el pase a la final a Alemania aún está a la espera de ser vengado por una selección que siempre apunta alto, pero acaba por quedarse a medio camino. Pero ahora el efecto Leicester puede haber insuflado ilusión, confianza y optimismo a una afición siempre fiel y apasionada y a un equipo que el veterano Roy Hodgson ha renovado después del desastre, otro más, del pasado Mundial de Brasil donde Inglaterra fue eliminada en la primera fase con un solo punto.

Los últimos grandes referentes, Steven Gerrard y Frank Lampard, abandonaron la selección después de Brasil y solo doce jugadores repiten de esa cita mundialista dentro de una plantilla que no cuenta con ningún jugador por encima de los 30 años, lo que la convierte en una de las más jóvenes del torneo, y solo cuatro tienen esa edad, una por línea: el portero Tom Heaton, el defensa Gary Cahill, el centrocampista James Milner y el delantero Wayne Rooney, que, después de una campaña discreta a las órdenes de Louis Van Gaal y conocer varios fracasos con la selección, debe erigirse en el líder espiritual de esta ambiciosa Inglaterra en su condición de nuevo capitán.

Los de Roy Hodgson jugaron una fase de clasificación impecable, con diez victorias en diez partidos y solo tres goles recibidos, y en Francia tienen que confirmar esas expectativas con un bloque en el que el Tottenham y el Liverpool, finalista de la Europa League, aportan diez jugadores. Los clubes ingleses cargan con el estigma de tener más dinero que fútbol y resultados, pero la selección llega a la Eurocopa con varios jugadores que acabaron la temporada en estado de gracia, sobre todo Harry Kane y Jamie Vardy, el único representante del modesto campeón que supone una inyección de carácter y competitividad, de deseo de aprovechar las oportunidades. Ellos dos han sido los máximos goleadores de la última Premier y serán quizás la punta de lanza de una delantera de gran nivel que también tiene a Sturridge y Rooney y a la que se ha sumado Marcus Rashford, el chico de 18 años que debutó en el tramo final de la temporada con el Manchester United y que será el jugador más joven de la Eurocopa.

talento por ordenar Debe ser tarea de Hodgson buscar la manera de alimentar a tantos galgos y de ordenar el mucho talento de Inglaterra, sobre todo en la zona de creación donde forman otros dos chicos del Tottenham, Kevin Dier y Dele Alli, a los que les aguarda un futuro muy brillante, por no hablar de Sterling, con más experiencia a sus 22 años. La pregunta a estas alturas es si Inglaterra podrá ser solida y competitiva cuando quizás le pueda faltar oficio y experiencia en estos niveles de competición. Joe Hart parece una garantía en la portería y habrá que ver el papel que juegan el deseado John Stones o Chris Smalling en la defensa.

El grupo B no debería suponer un problema para Inglaterra, pero aún se recuerda que hace dos años empató ante Costa Rica y cedió ante Italia y Uruguay, así que, una vez más, tiene que demostrar que las esperanzas están fundadas. “Vamos a tener momentos claves, es bastante simple. En los torneos, hay momentos claves que son decisivos, y si salimos vencedores en esos momentos tan importantes entonces podemos llegar muy lejos en el campeonato”, manifiesta Joe Hart. “Jugar a un nivel decente hay veces que no es suficiente. Tenemos que ser implacables en las dos áreas”, asume el portero del Manchester City, que no considera un problema la juventud del equipo “porque tenemos una buena relación entre todos” y asegura creer “ciegamente en mis compañeros, pero vamos a atacar como equipo y defender como equipo. Trabajamos fuerte, estamos bien organizados y muy preparados”.

El caso es que Inglaterra, no precisamente por sus éxitos en el pasado, vuelve a estar en las quinielas ya que el efecto Leicester ha hecho ver que todo es posible. Desde luego, es una selección que va a tener muchos ojos puestos sobre ella. Quizás su futuro se esté escribiendo ya en la Eurocopa de Francia.