Hace una semana que concluyó la liga para los equipos alaveses que este curso han militado en Tercera División. Tras los ascensos el verano pasado de Vitoria y Betoño, Álava volvía a tener cuatro representantes en el grupo cuarto, con lo que eso suponía. El hecho de que clubes poderosos como Portugalete, Arenas o Gernika lograran subir a Segunda ‘B’ mitigó en cierta forma la desigualdad que en las últimas temporadas se había dando entre un grupo de equipos y el resto.
Todo hacía pensar que la competencia iba a ser mayor y la igualdad la nota predominante. Pese a regresar a la categoría el Vitoria se fortaleció con su alianza con el Eibar, lo que le permitió fichar jugadores que de otra forma no hubieran estado a las órdenes de Arkaitz Lacambra y de paso optar a la permanencia de manera más que holgada como objetivo prioritario. De menos a más y tras un titubeante arranque, el filial armero fue tomándole el pulso a la competición hasta soñar con meterse en el ‘play-off’, algo que a principio de temporada no se pensaba. “Yo le pondría un notable alto al equipo. Estoy contento porque hemos salvado bien el curso y hemos aportado jugadores al primer equipo”, admite el técnico guipuzcoano, aunque no oculta el regusto de no haberse metido entre los cuatro primeros. “Me queda el regusto de no haber entrado cuando hemos estado ahí cerca, pero el día que estaba marcado en rojo. Estamos fastidiados porque sí que había capacidad para estar en ‘play-off’, pero es fútbol”, reconoce Lacambra.
El entrenador del Vitoria, que ya piensa en la temporada que viene, destaca “la igualdad que se ha dado en el grupo. Quitando el Zamudio, destacaría el equilibrio que se ha dado. De hecho equipos que han bajado han quitado muchos puntos a los de arriba”.
Por su parte, el Deportivo Alavés ‘B’ evitó cualquier susto de última hora a dos jornadas para el final, al vencer en Bermeo. Y eso que en un momento del campeonato -final de la primera vuelta e inicio de la segunda-, cuando acumuló cinco victorias consecutivas parecía que podía agarrarse a la zona de privilegio.
Los 19 goles de Asier Benito, segundo máximo realizador del grupo, han sido fundamentales para el filial albiazul. El ayalés ha marcado en quince encuentros y tan sólo en tres de ellos no sirvió para que los de Roberto Ochoa puntuaran. Con contrato un año más con la entidad de Mendizorroza, habrá que ver en qué categoría juega el año que viene el joven delantero.
Compañeros suyos como Aranda, Carbonell o Andoni Benito no seguirán por edad, mientras que otros como el portero Quesada, Héctor o Fernando -llegado en enero- han rendido por debajo de lo esperado y no será fácil que continúen. Del juvenil podrían dar el salto Lucas -ya ha jugado los últimos encuentros de esta temporada a las órdenes de Ochoa-, o el mediocentro Aritz Castro, porque su tocayo, el portero está llamado a ser una de las apuestas del club y estará de continuo en el filial.
La nota negativa del curso la han puesto el Aurrera y el Betoño con sus descensos. Los rojillos de forma inesperada, dado que apostaron por mantener el bloque del ejercicio anterior que fue capaz de mantener la categoría. Pero esta vez las cosas han sido distintas. “Le pondría un 4,5 de nota al curso. El objetivo era la salvación y no lo hemos logrado” dice ‘Tato’, quien recuerda que el presupuesto del cuadro rojillo ha sido el más bajo del grupo, a lo que hay añadir “las lesiones, sobre todo de gente importante como Maiz o la marcha de Gavilán en la séptima jornada. Dos titulares que se caen a las primeras de cambio, además de otros como Casado, Goñi, Paniagua o Jon Ander que han estado parados durante semanas y nos ha trastocado bastante”, valora Rubén López.