murgia- Frente a un café cortado, antes de entrenar con la bici de contrarreloj, Mikel Landa atiende a DNA entre los ánimos de varios vecinos que no le perderán de vista en el Giro.

¿Qué sensaciones tiene en la antesala del Giro; nervios, emoción, ilusión?

-Tengo ilusión y motivación. Ganas de empezar.

¿Cómo llega a la carrera?

-Muy bien. Llego muy bien físicamente y moralmente. Creo que estas dos últimas semanas han sido muy positivas mentalmente. Del Giro del Trentino salí muy reforzado, así que llego muy bien.

Ganó el Trentino, pero al acabar dijo que no se veía como máximo favorito al Giro, ¿lo sigue pensando o ha cambiado de idea en este tiempo?

-Ahora tampoco. Sí que es cierto que en Trentino he andado muy bien, pero hay gente que es más favorita que yo porque tienen más experiencia, tienen más palmarés. Creo que son más favoritos que yo ahora mismo.

¿Cómo ve a sus principales rivales?

-Nibali, que para mí es el gran favorito, me tiene despistado porque sé de sobra que sabe llegar bien. Tiene muchos podiums en grandes vueltas y ha ganado las tres grandes, pero sí que es verdad que no se le ve el pedaleo que otras veces ha tenido. No sé si está observándonos o está bien. La primera semana se verá todo. Valverde es un superclase, todos sabemos que es capaz de todo. Lo que no sabemos es si será capaz de aguantar el Giro. Habrá que ver cómo le afecta el frío porque es un corredor al que el frío le afecta bastante. Luego están Urán y Dumoulin. A ellos las contrarrelojes les meterán en carrera y va a ser muy difícil que desconecten porque van a estar muy metidos gracias a las contrarrelojes. Ilnur Zakarin, por su parte, es alguien que viene despuntado como estamos viendo en Romandía. Está muy fuerte. No me veo yo contra ninguno de ellos estando al 100%. De todos modos, es bueno que haya muchos favoritos porque la carrera va a estar más abierta y no voy a tener que coger la responsabilidad en todo momento.

¿Qué le parece el recorrido del presente Giro?

-Me parece que es el que es. A mí me gustaría que acabase una etapa en Zoncolan y otra en Mortirolo, pero este Giro no es así. Además hay una crono de 10 kilómetros, otra de 40... Pero también es el lugar donde voy a tener la oportunidad de liderar un equipo, ellos van a estar ahí para arroparme y lo intentaré pelear tal y como es.

¿Cuáles son para usted las etapas claves de la carrera?

-Las tres contrarrelojes, bien para no perder, o bien para ganar tiempo, la cronoescalada y luego las etapas tanto la de Corvara como la de Alpe di Siusi y de Sant’Anna di Vinadio. Por una lado van a ser etapas en las que te van a dejar muy cansado y en otras vas a llegar muy justo. Ahí se notarán los esfuerzos. El que mejor digiera los esfuerzos será el que gane el Giro.

Acude por primera vez a una grande como líder y con muchas expectativas sobre de usted. ¿Nota una mayor responsabilidad?

-No, no. Evidentemente sí sé que tengo una responsabilidad, pero no me agobia. Va a ser la primera vez que acuda a una vuelta grande como líder y que no se consiga ganar no lo veo como un fracaso ni nada por el estilo. Es difícil que salga todo a la primera y, a la vez, me siento muy arropado. El ser líder no es solo tener que ganar y ver que das la cara. También es tener un equipo detrás para que te apoye cuando te haga falta y en este caso me estoy sintiendo arropado.

¿Cuál será su planteamiento de carrera, cómo visualiza el Giro en ese aspecto?

-Bueno, soy consciente de que las contrarrelojes me van a penalizar. Creo que tendré que ir un poco a contrapié, pero quizás eso sea bueno para mí. Quizás tener que defender algo desde el principio te cargue más o te gaste más. Entonces ir un poco a contrapié, ir un poco al ataque, que va con mi carácter, creo que me ayudará.

Esta vez estará más vigilado que la pasada edición. Le resultará más difícil sorprender.

-Sí, es verdad que para los rivales soy otro corredor. No me van a dejar ningún tipo de margen, pero es lo que hay. Me lo he ganado. Por suerte donde puedo hacer diferencias es para arriba y para arriba casi siempre gana el más fuerte. Si me encuentro bien espero poder aprovecharlo.

El Giro amanece con una contrarreloj de diez kilómetros. Será su primer test serio en una crono durante este año. ¿Quiere que llegue ese día?

-Sí. Quiero que llegue ya ese día. Más que miedo, esa etapa me da respeto porque son diez kilómetros. No es un prólogo. Te puede caer tiempo respecto a alguien potente como Nibali o Valverde, que han hecho buenas contrarrelojes. En ese aspecto le tengo bastante respeto a la contrarreloj. Quiero que pase ese día y que empiece entonces el Giro.

Sin embargo, a favor suyo cuenta con la siempre dura presencia de la montaña y una cronoescalada. Un ascensión pura.

-Sí. Además la cronoescalada está situada en un día duro, después de la etapa de Corvara. Depende de lo que gastes el día anterior, la contrarreloj se te puede hacer eterna. También hay que tener en cuenta que las etapas de montaña tienen mucho desnivel acumulado. Quizás no haya finales muy duros, pero son días con mucho desnivel acumulado y a un escalador eso le beneficiará a lo largo del Giro.

Más allá de obtener un resultado concreto, ¿es la exigencia mental lo más duro de ser líder?

-Sí que es verdad que gastas más siendo líder, pero no por el hecho de serlo, sino por tener que defender algo. Eso supone más estrés. A veces estás deseando que llegue el momento en el que acabe el día por ese motivo; para disfrutar de lo que has ganado y de lo que has hecho. Pero también es cierto que cuando estás bien y estás disfrutando, no quieres que acabe. Quieres que llegue un día y luego otro. Si consigo encontrar ese punto en el Giro que me haga disfrutar de cada momento, será muy bonito y si por el contrario ese querer acabar ya, ese ansía de disfrutar por lo conseguido es mayor que lo otro, se hará un poco más largo.

Es apuesta inequívoca del Sky, el equipo más poderoso. ¿Eso le otorga un punto más de presión?

-No, no. La verdad que no. Después del invierno que he tenido, en el que todos pensábamos y yo el primero, aunque no lo decía, veía complicado llegar a este punto tal y como estoy. Ahora mismo ya no tengo ningún miedo. Ellos han hecho una apuesta y a veces sale y a veces no. Es la primera vez que lo hacemos y en ese aspecto no hay presión.

Ha tenido otro invierno complicado por la salud. ¿Le ha dado vueltas al tema?

-Sí que le he dado vueltas. Estamos mirando un poco el tema para que no vuelva a pasar. Sobre todo porqué mi sistema inmunitario está así, qué se puede hacer para que no esté así.

De momento, usted ha respondido a las expectativas. Ganó una etapa en la Vuelta al País Vasco y la general y una etapa en el Giro del Trentino. Acude al menos con esa tranquilidad.

-Sí. Voy con esa tranquilidad y por haberme integrado bien en el equipo, por haber respondido a las expectativas ganando alguna carrera.

Son varias las voces que le señalan como el relevo de Contador, Valverde, Purito, etc... ¿Qué opina?

-No me comparo con ellos. Ni me igualo a ellos ni quiero llegar a ser como ellos. Compararme con Contador no es algo real. Contador es otro corredor, es una bestia. Valverde es un ciclista diferente a mí. En todo caso, de parecerme a alguien, salvando las distancias, es a Purito. Un escalador con el talón de Aquiles en las contrarrelojes. De cualquier manera les veo muy por encima de mí. No me obsesiona ser como ellos. Hay gente ilusionada conmigo. Solo quiero que disfruten conmigo, con cómo lo hago yo. Ya veremos hasta dónde llego.

Da la impresión de que su manera de tomarse el ciclismo tiene un barniz lúdico, quizás festivo. ¿Quiere transmitir eso?

-Es que soy así. Soy muy impulsivo. Funciono por estímulos. Lo que se ve es lo que soy. Nunca he perdido el tiempo en querer aparentar lo que no soy.

Está derribando algunos mitos, como el de rendir a gran nivel con pocos días de competición, la vida monacal de muchos ciclistas... ¿Cree que le observan con recelo por ello?

-Sí, puede haber envidias o roces. En el ciclismo somos muy individualistas y muy envidiosos en general. Parece que nos alegramos de la desgracia ajena. En mi caso, es lo que hay. Estas son las piernas que me ha dado mi madre y sí, quizás tenga el don de coger rápido la forma, pero quizás me falle la cabeza. Otros, sin embargo, son más fuertes de mente, pero tienen que hacer un esfuerzo mayor para llegar al 100% físicamente.

¿Qué Mikel Landa veremos en el Giro, el guerrillero que tiraba para adelante o a un ciclista más precavido y cerebral?

-El equipo me hará ser un poco más cerebral. Tienen calculado dónde se puede sacar ventaja, dónde se puede perder... En ese aspecto tendré que seguir sus ideas. Pero luego en carrera hay veces que no piensas, que simplemente actúas y seguro que mi yo sale por algún lado.

Con sus triunfos, los de Izagirre, los de Pello Bilbao, Samuel... Hay quien hace cábalas sobre qué clase de equipo hubiera podido tener Euskaltel de continuar. ¿Qué opina?

-Lo ves ahora y tendríamos un equipazo, pero no sé si siguiendo ahí hubiésemos conseguido ser los corredores que somos ahora.

Fue tercero en el Giro, pero probablemente era el más fuerte de la carrera. ¿Se arrepiente de alguna decisión que tomó entonces?

-Arrepentirme, de nada. Me quedo con la cosa de qué hubiera podido pasar o hasta dónde podría haber llegado. Eso se me quedará ahí siempre. Pero también es bonito que la gente diga: Mikel hubiese ganado el Giro, el haber creado esa expectativa sin haberlo ni siquiera intentado es la leche. No me arrepiento de nada porque asumí mi rol, pero sí me quedará la cosa de saber si hubiese podido ganar la carrera.

El Giro fue muy tenso. ¿Tuvo que tragarse su orgullo?

-Sí. Sobre todo el último día.

El pasado año Porte se refugió en una caravana por aquello de las ganancias marginales. La UCI ha prohibido ese tipo de pernoctaciones, pero ¿es usted de los que necesita algo especial?

-Dormiré con los compañeros. Me gusta mucho estar con los compañeros. No me gusta nada estar solo. Somos impares en las grandes vueltas, vamos nueve, pero yo ya he pedido que no sea el que está solo. No he pedido estar con nadie en especial, pero seguramente compartiré habitación con David López. Casi todas las carreras que he corrido he estado con él o con Zandio y creo que me tocará con él.

Vamos, que le gusta la cháchara.

-No me gusta estar solo para nada. El año pasado estaba con kazajos con los que igual no te podías comunicar por el tema del idioma, pero me gusta sentirme arropado. Así que mejor estar con compañeros.