Hace unas cuantas temporadas que el Haro decidió configurar sus plantillas con jugadores de Vitoria, pero tantos como los que tiene esta campaña nunca se había visto. Son once los futbolistas que tres días por semana más el partido correspondiente bajan en tres coches hasta la localidad riojana para ponerse a las órdenes de David Ochoa, hermano de Roberto el entrenador del Deportivo Alavés B. Javi López, Aimar Gulin, Txejo, Unai Fernández, Txutxi, Pirri, Leo, Diego Carrio, Iker Urkiza, Breixo y Cerezo, que aún nacido en Bilbao, se considera un vitoriano más y es que lleva ya siete años viviendo en la capital alavesa.
Los seis primeros ya estaban el ejercicio pasado. Mientras, Leo y Carrio ficharon a comienzos de temporada y los tres últimos lo han hecho en el mercado invernal: Urkiza procedente del Vitoria, y cuando menos curiosos los casos de Breixo, que tras dejar el fútbol durante más de un año ha vuelto al cuadro riojano por tercera vez, y Cerezo que, después de abandonar el Zalla hace dos cursos, jugó media campaña de la 2014-15 en el Iru-Bat y este año también ha vuelto a ponerse las botas en el mercado invernal.
A tenor de los resultados logrados hasta el momento la apuesta ha resultado acertada. Hace tres jornadas que llegaron a los 100 goles a su favor -primer equipo del fútbol español que ha logrado esa cifra en este ejercicio- y les han sobrado cinco partidos de liga para confirmar un año más su presencia en el play off. “Parte de ese número está en que tenemos una buena defensa y a los de arriba nos llegan balones muy limpios. Así es más fácil hacer goles”, manifiesta Aimar Gulin.
Hace diez días le ganaron claramente al líder, SD Logroñés, y pese a empatar este pasado domingo todavía tienen opciones de ser segundos, con la ventaja que supone, en principio, tener el factor campo a favor en las primeras dos rondas al menos. “Pienso que eso muchas veces son tópicos. Se trata de competir y cada encuentro es un mundo. El año pasado fuimos cuartos y eliminamos teniendo la vuelta fuera de casa a Caudal y Castellón y al Pontevedra lo tuvimos contra las cuerdas”, recuerda Txutxi, el pichichi del equipo con 21 goles. “No pensaba llegar a esa cifra. El año pasado marqué 16 y ya me parecían bastantes, así que muy contento”, cuenta. Gulin lleva en este caso once dianas y es uno de los futbolistas de más calidad. “Puede que el grupo no sea tan competitivo como otros, pero es cierto que para estar arriba no se permiten demasiados tropiezos, hay que perder poco”, afirma. En ese sentido el Haro lleva más de una vuelta sin hincar la rodilla, precisamente ante el equipo de la capital riojana el pasado mes de noviembre. “El año pasado llegamos a conseguir la cuarta plaza un poco más justos y este lo hemos logrado antes. Aún así estamos manteniendo un buen tono y así vamos a seguir”, pronostica Pirri.
El gran ambiente entre todos sus integrantes hace de este Haro un bloque a tener en cuenta cuando arranque la hora de la verdad, dentro de escasamente tres semanas. La voz de la experiencia la representan Sergio Rodríguez, Txejo, y Cerezo. Ambos coincidieron un año también en el filial del Alavés y posteriormente otro en el Mirandés. El primero como capitán y más veterano del equipo sabe lo que hay. “Vamos a pelearlo para llegar al menos a donde la pasada campaña. Hemos vuelto a hacer una segunda vuelta espectacular, como el ejercicio anterior, y eso nos ha llevado a donde estamos ahora, porque la parte inicial de la temporada fue un tanto titubeante”, apunta el ahora reconvertido central. Javier Cerezo es además uno de los tres últimos en llegar al cuadro jarrero. Lleva cuatro meses escasos, pero se siente como si fueran cuatro años. “La cabra tira al monte y se me presentó la oportunidad de volver a jugar y no lo dudé. Me he encontrado un grupo humano muy bueno que me ha acogido fenomenalmente bien“. El veterano centrocampista no rehuye la presión del objetivo. “Llevo unas cuantas fases jugadas y no es fácil ascender. Yo lo conseguí un año con el Zalla en Fraga. Ahí te encuentras con otros equipos de más nivel y será complicado”, manifiesta mientras bromea con sus compañeros con la jugada que tiene pensado ejecutar cuando se recupere también de una rotura de fibras. “Un centro mío desde la banda y la meterá Breixo”, asevera entre risas.
No es el único fichaje del pasado mercado de invierno. Los otros dos son Iker Urkiza y precisamente Breixo, aunque éste ya conoce la casa de otras dos épocas anteriores. “Me he encontrado más o menos lo que dejé, un equipo muy competitivo que sabe que va a ser difícil subir, pero que lo va a intentar hasta el final”, cuenta tras más de un año fuera de los terrenos de juego por cuestiones laborales. “Tenía la espinita de volver a jugar y qué mejor sitio que este”. Además regresó a lo grande. El día de su reestreno marcó un golazo. “Fue un buen gol, cierto, aunque luego me lesioné. He pagado el hecho de estar fuera de onda tanto tiempo. Espero llegar a tope para el momento decisivo”, valora Breixo.
Urkiza llegó también el pasado enero tras rescindir con el Vitoria. “Aquí hay gente veterana que las ha visto de todos los colores. Hay una buena mezcla con los jóvenes y nos dan cariño”, valora el centrocampista. Es un buen coctel que sin duda de momento está dándole buenos resultados al Haro y al que le falta un último ingrediente, una pizca de suerte, para degustarlo de verdad con el ascenso.