La maglia ciclamino, ese color malva tan apegado al ciclismo italiano, la casaca que vistió el triunfo de Mikel Landa en el Giro del Trentino, dejó pasó de inmediato al maillot negro del Sky. Colgó la gloria en la percha el murgiarra en cuanto dejó el trono de Trento. Casi de inmediato. La maglia ciclamino es un recuerdo bonito. Una postal sonriente. Sin embargo, Landa persigue el futuro. Mikel desea el rosa del Giro del Italia. Plegó con cariño el pasado en la maleta y enfundado en la piel negra de su equipo alargó su estancia en Italia durante el fin de semana para recorrer al detalle la cronoescalada que encierra el trazado del Giro.

Después de observar un par de etapas, la de Arezzo y la crontrarreloj individual, en su anterior estancia en Italia, el corredor, acompañado por David López, uno de sus escuderos para el Giro, colocó la lupa durante el fin de semana sobre la cronoescalada que se disputará entre Castelrotto y Alpe di Suisi, la 15ª etapa de la carrera italiana, una de las jornadas claves del Giro por la dureza del recorrido. La cronoescalada es una ascensión pura, sin camuflaje, durante los 10,8 kilómetros de los que consta. La etapa que llegará con dos semanas de competición almacenadas en el organismo, servirá para hacer diferencias. Mikel Landa, probablemente el más notable escalador del pelotón, quiso conocer in situ las particularidades de la ascensión, que únicamente descansa al inicio, en los dos kilómetros iniciales de falso llano, los más tendidos de una ascensión repleta de aristas.

entre el 8 y 11% El resto de kilómetros tejen una subida muy exigente con porcentajes que cimbrean entre el 8 y el 11% de desnivel, sobre todo a partir del kilómetro 3,5, donde la pendiente no baja del 9%. La fisionomía de la cronoescalada, ciertamente picuda, sin descansos para ventilar los pulmones y aligerar las piernas, obligará al uso de una bicicleta convencional, si acaso con unos acoples en el manillar para mejorar la posición aerodinámica sobre la montura en los primeros tramos de la cronoescalada. A partir de ese instante, más de 20 minutos de calvario para alcanzar la meta tras salvar un desnivel de 800 metros y llegar a los 1.800 metros de altitud. Lo comprobó Landa.