Duración: 1h 25:21 minutos de juego; 27:25 de juego real.

Saques: 6 de Imanol.

Faltas de saque: 3 de Brefel y 4 de Imanol.

Pelotazos: 564 pelotazos en juego.

Tantos en juego: 19 de Fusto, 7 de Brefel, 10 de Gaubeka y 5 de Imanol.

Errores: 8 de Fusto, 9 de Brefel, 7 de Gaubeka y 8 de Imanol.

Marcador: 10-8, 8-10, 10-6, 7-10 y 10-7.

Incidencias: Final del Campeonato del Mundo de Parejas de pala, organizado por el Consejo Mundial y asociados, disputado en el frontón Municipal de Mungia. Lleno.

Mungia - Se acordó Pablo Fusto al término del encuentro de los kilómetros de Sylvain Brefel y sus transportes semanales de Toulouse a Bizkaia para dejarse la piel en la cancha. En ese punto, la lana ya se encontraba a buen recaudo en el lado colorado, después de un duelo dirimido a buen ritmo, con dureza, en el que tuvieron que exprimirse los foráneos ante los vizcaínos Esteban Gaubeka e Imanol Ibáñez. El Municipal de Mungia se levantó al final para despedir a los cuatro gladiadores, que se batieron el cobre en una final muy bonita y realmente emocionante, por los vaivenes de los jokos y de los propios palistas. Al final, el argentino, indomable en los últimos cursos, revalidó su título en la final del Campeonato del Mundo por Parejas junto a un compañero que afinó con el saque, aunque en los días previos eso podía aparentar que era un problema. El campeón argentino se acordó del sacrificio de un guardaespaldas al que siempre le acompaña una sonrisa, que viajó el viernes a Mungia para poder descansar y no tener que jugar después de varias horas de desplazamiento en coche; así como también para practicar durante la mañana de ayer con el primer disparo. Funcionó. Ganaron Fusto y Brefel en cinco mangas (10-8, 8-10, 10-6, 7-10 y 10-7), sufriendo y agarrándose al material de sus contrincantes.

Y es que, en la elección de cueros, Gaubeka e Imanol se decantaron por pelotas con menos salida de frontis y los colorados, al revés. Tal decisión maniató a Pablo Fusto en los primeros compases del encuentro de desenlace, dejándole poca pelota para colaborar con Brefel, que sufrió hasta que las pelotas se gastaron un poco. La elección del bonaerense, en un frontón como el de Mungia, no fue la acertada y tuvo tiempo para rectificar, tirándose en el último y definitivo set por unas pelotas seleccionadas por los azules.

Así las cosas, las txapelas del Parejas se definieron por los pequeños detalles y uno fue clave: el saque. Quizás el agujero de Brefel, al provenir del frontón corto, podía residir ahí. En la contienda que le dio el pase a la final, de hecho, no estuvo fino en esa suerte, falto de confianza, con dudas. Ante eso, la decisión personal de Sylvain fue la de la hormiga obrera: prepararse con todas las de la ley, desplazándose antes a la cancha para ensayar. Solamente erró tres saques, dos de ellos en el primer set, y no le asediaron las dudas. Por otro lado, Imanol jugó con el primer disparo y se tornó un arma de doble filo.

Se transformaron en clave para sus intereses las tres faltas del tercer set, después de igualar el primer joko, en el que encajaron un 10-8, con el mismo resultado (8-10) para empatar en el global del partido. El inicio del tercero fue totalmente azul. Un monólogo. Los colorados estaban incómodos. Sin embargo, con el 0-4 en el marcador, una falta de saque, la primera del de La Peña, devolvió aire a sus adversarios. Tuvo otra vez pelota con el 2-5 el bilbaíno y volvió a errar, corta. Fusto no perdonó. Amarrado a un sólido Brefel, dieron la vuelta al joko. A un palmo de adelantarse (9-5), un resto arriesgado de Gaubeka, bien plantado, superó a Brefel. Pero, Imanol no recuperó la confianza, el fin del set fue otra falta de saque. 10-6.

resurrección Pero, tan pronto como vino la bajada, el zaguero volvió a resucitar. Tuvieron que esperar los vizcaínos a verse con el agua al cuello. Iban 7-3, ya había fallado un saque Imanol, cuando un error de Brefel le devolvió el guante. Y acertó. Fue su venganza personal. Su regreso. Los colorados, con todo de cara, no volvieron a sumar y el zurdo bilbaino metió dos saques más en la tacada. Gaubeka tomó el mando adelante, que ya tuvo en el segundo y a tirones en el primero, para compactar el resultado global y esperar a un último parcial de infarto.

Sin fisuras Brefel con el saque, con Fusto seleccionando pelotas contrarias para que no le pasaran y colaborar y con dos adversarios tremendamente enchufados, el último tramo del encuentro fue potente. Se igualó el luminoso en el primero -un rebote de Imanol-, el segundo y el tercer cartón. Pero, después, el bonaerense y el galo se escaparon hasta el 5-3 y el 7-4. Aunque empujaron los vizcaínos (8-7), no pudieron más. Todo acabó con un 10-7 y la txapela para los colorados.