Me van a perdonar que ya desde el título de este artículo mezcle fútbol con baloncesto o la Euroliga con la Champions y la Premier League, pero ¿qué tienen en común estos tres equipos de deportes, ligas y países diferentes? La principal característica que empareja a los tres es que se encuentran en una situación que nadie esperaba hace más o menos tiempo. La consecuencia de esto es que ahora mismo, y por mucho que se empeñen en decir lo contrario, tienen toda la presión. Con sus matices, muy pocos pensaban hace ocho meses que Baskonia tendría factor cancha de cara a estar en la Final Four, casi todo el mundo pensaba en Navidad que el Leicester se acabaría cayendo y hace siete días la duda era si el Madrid iba a meter tres o cuatro en Wolfsburgo. Por mucho que estos escenarios fueran impensables, ahora son una realidad y el concepto presión, tal como lo entendemos cuando lo utilizamos en el contexto del deporte, ha cambiado en su relación con estos tres equipos. Aunque nadie vaya a pedir cuentas al Baskonia, al Leicester o al Wolfsburgo, ¿cómo no van a tener presión si les ha llegado el momento de rematar lo que ellos mismos se han ganado? El caso del equipo inglés es el más brutal, pues su título de Premier League sería probablemente la mayor sorpresa y gesta de la historia del deporte profesional. En plena era del dinero, están a punto de ganar un campeonato bañado de pasta. Como yo la entiendo, la presión sobre el Leicester es mayor que la que pueda sentir cualquier jugador de un equipo grande, que cuenta con la certeza de que tendrá muchas más oportunidades y también que ya lo han hecho antes. El Leicester no solo se está jugando una Liga. Se está jugando una Liga de la que se hablará toda la vida, porque moriremos sin ver algo igual. Que no suponga un fracaso (su paso por la Euroliga ya es un éxito) para Baskonia eventualmente caer ante el Panathinaikos en un cruce netamente favorable, tampoco le puede eximir de presión. En el fondo es similar a lo que vive el Alavés. Sin ninguna amenaza clara en el pelotón de perseguidores, no conseguir el ascenso directo sería un planchazo. Diga lo que diga el presupuesto, y por mucho que retumbe el nombre de Panathinaikos, el conjunto baskonista tiene presión por muchos motivos. Porque ahora todo el mundo en Vitoria sabe que la Final Four es en Berlín. Mucha gente de hecho habrá intentado comprar entradas y se habrá dado cuenta de que están agotadas. Tiene presión porque es mejor equipo que los griegos, ha hecho mejor fase regular y además empieza con dos partidos en una cancha en la que es prácticamente invencible. Tiene presión porque no todas las temporadas vas a ganar tantos finales apretados en la Euroliga. Tiene presión porque se puede matar por resbalarse en la ducha después de haber sobrevivido a un accidente de avión, a dos guerras mundiales y a una suegra en Nochebuena. Y tiene presión porque, de alguna manera, ha conseguido estrechar la brecha con los gigantes europeos y ahora está a cinco victorias de marcar la historia para siempre. ¡Bendita presión, joder! Pero presión, al fin y al cabo. Los que ya no la tienen son el Unicaja, el Manchester o el Valencia.

P.D. Y por si quieren el pronóstico de un servidor: creo que el Leicester gana la Liga, el Baskonia se mete en la F4 y el Wolfsburgo se queda por el camino.