Bilbao - “Toda la Itzulia en sí es una gran trampa”. Es la reflexión que lanza Eugenio Goikoetxea, director del Caja Rural, mientras ultima los detalles y prepara a conciencia la participación de su equipo en la Vuelta al País Vasco que arranca el lunes en Etxebarria. Seis días exigentes, seis jornadas de un continuo sube y baja, seis etapas para dilucidar al campeón de la presente edición, que buscará el maillot amarillo que vistió Joaquim Rodríguez por última vez. Etxebarria, el hogar del siempre combativo Amets Txurruka como punto de partida y Eibar, la localidad armera, como destino final. Entre medio, un sinfín de subidas, algún que otro muro, como el de Aia, y varios cientos de kilómetros. Muchos de ellos los conoce bien Rubén Pérez, reclutado por Jon Odriozola para su proyecto en Euskadi Murias. El vizcaino, que disputó cuatro ediciones de la Itzulia en sus nueve años en Euskaltel-Euskadi, se muestra confiado en que la Vuelta no se decidirá hasta la última jornada: “Habrá tantos marcajes entre los favoritos que las diferencias serán mínimas en las etapas, lo que es bueno para el espectáculo. Creo que va a ser una carrera muy emocionante”.
La prueba apunta a un desenlace vibrante, así lo creen al menos ambos directores. “Los de casa conocemos bien el terreno de la crono. La subida es dura, pero el descenso es tan rápido, que cualquier tiempo perdido en la ascensión se puede quedar corto. Salvo sorpresa, la carrera se va a decidir en la última etapa y los corredores que estén disputando la general tendrán que arriesgar”, apunta Goikoetxea. Pérez, por su parte, destaca que “quien conozca bien la bajada puede hacer muchísimo daño. Hay curvas ciegas pero rápidas y apenas hay que tocar el freno. El asfalto es bueno y creo que es un descenso para poder marcar diferencias. Eso sí, otra zona a tener en cuenta es la del falso llano una vez que se corona Arrate y que va hasta el inicio de la bajada. Es una zona que pica para arriba y tras seis días de mucho esfuerzo puede ser un tramo en el que quien tenga buenas piernas lo aproveche para tomar una ventaja bonita”.
Así, con la convicción de que será la prueba contra el crono del sábado, día 9, la que vaya a decidir al vencedor, el director del Caja Rural sostiene que el factor meteorológico puede ser también un factor muy a tener en cuenta: “La lluvia puede tener un papel importante ese día, aunque también en el resto de jornadas. Cualquier descenso se complica con el suelo mojado y a la velocidad a la que se baja puede haber ciertos riesgos”.
la colocación Con el muro de Aia nuevamente como uno de los principales atractivos de la Vuelta al País Vasco, por donde los corredores pasarán hasta en tres ocasiones en la cuarta etapa, camino de Orio, Eugenio Goikoetxea se muestra un tanto crítico con este tipo de repechos, habituales en la Itzulia: “No sé hasta qué punto es bueno o malo ver a los corredores retorciéndose”. Tanto él como Rubén Pérez, eso sí, coinciden en que será importante llegar bien posicionado al alto de Aia, que se corona por última vez a 13 kilómetros de meta.
Aunque sin duda alguna, este factor jugará un papel más decisivo en la segunda jornada, la que desemboca en la inédita subida a Garrastatxu, cuyos primeros metros fueron reasfaltados la pasada semana. “Es una de esas etapas que a Purito le vienen como anillo al dedo. No conozco mucho el terreno, pero por lo que veo en el perfil, será una ascensión muy explosiva, con rampas duras y que exigirá comenzar en una buena posición”, relata el director vizcaíno.
“Será una sorpresa para todos, un final novedoso y sin apenas referencias. Tendremos que echarle un ojo antes del martes”, se sincera Goikoetxea, director del Caja Rural, que ya cuenta las horas para que dé comienzo la Itzulia, una prueba llena de trampas, que no de tramposos, y que volverá a llenar las carreteras de Euskal Herria de color.