A Juanito Oiarzabal la montaña le quitó los diez dedos de los pies. También a algunos de sus grandes amigos, a lo largo de 47 expediciones que hoy le sitúan, a sus 59 años, a cuatro cimas (Dhaulagiri, Broad Peak, Shisha Pangma y Nanga Parbat) de coronar por segunda vez las 14 cumbres más altas del planeta.

MADRID. Ese es el hito que perseguirá el montañero vitoriano, quien aspira a convertirse en el primero que completa, "en dos o tres años como máximo", el reto de los 2x14x8000, según explicó en una entrevista a EFE.

El próximo 3 de abril emprenderá junto a Alberto Zerain un nuevo viaje al Himalaya para acercarse a esa hazaña inédita, bajo el patrocinio de Saunier Duval y su Servicio Técnico Oficial.

Pregunta: ¿Qué le empuja a enfrentarse por segunda vez al reto de los catorce ochomiles?

Respuesta: Seguir disfrutando de las montañas, que es lo mío, con lo que disfruto y con lo que vivo. Es mi pasión. Después de haber realizado un montón de expediciones al Himalaya, se me presenta la oportunidad de repetir las catorce cumbres.

Hubo un tiempo atrás que tuve que parar por unas dolencias que tuve (perdió todos los dedos de los pies en una expedición al K2) y ahora lo retomo de nuevo con Saunier Duval para ver si en dos o tres años como máximo somos capaces de volver a darle la vuelta.

P: ¿Ser el primero que consigue doblar los catorce ochomiles es una motivación extra?

R: Ser el primero es una actitud, como dice el eslogan de la expedición, y desde luego es una motivación convertirte en la única persona del mundo en tener la oportunidad de poder hacerlo.

P: ¿Qué necesidad tiene alguien que es considerado un mito del montañismo de seguir enfrentándose a este tipo de retos?

R: Necesidad ninguna, pero siempre tienes inquietudes. Cuando se presentan estas oportunidades, hay que tomarlas.

En su momento tuve la oportunidad de subir montañas de 8.000 metros y llegó la hora de decir que por qué no podía volver a darle la vuelta a estas catorce cumbres. Estas oportunidades pasan muy pocas veces. Ahora que todavía tengo una cierta capacidad física, porque ya tengo una edad, puede estar a mi alcance realizar estos cuatro ochomiles que me restan.

P: ¿Es el reto que resume una vida?

R: Retos hay muchos y cada uno se pone el que más desea. En su día, mi reto eran los catorce ochomiles. Anteriormente, mi mayor reto era subir mi primer ochomil. Las sensaciones que tuve en 1985, en mi primer ochomil (Cho Oyu), no se han vuelto a repetir.

Aquello sí que fue un gran reto, una gran aventura. Todo eran incógnitas, tabúes, no sabíamos cómo íbamos a estar, cómo íbamos a reaccionar en altura. Faltaba la experiencia. Faltaba todo, menos la ambición de subir por primera vez una montaña de 8.000 metros.

P: ¿Qué queda de aquel Juanito?

R: Queda una trayectoria, muchísimos años de experiencias y muchísimas expediciones. Lo que quiero es seguir disfrutando y haciendo lo que me gusta, que es subir montañas. Ya veremos si de 8.000, 7.000 o 5.000 metros, lo importante es seguir disfrutando.

P: ¿A día de hoy lo sigue haciendo?

R: Yo no me puedo meter en un proyecto de esta naturaleza si realmente no disfruto con lo que hago. Independientemente de los riesgos que pueda tener, si no tienes las cosas claras y no disfrutas con lo que haces, olvídate. No podría ser posible.

P: ¿La montaña da más de lo que quita?

R: La montaña da y quita, pero son más las satisfacciones. La montaña está ahí y nosotros somos los invasores, los que nos acercamos a la montaña para disfrutar. En ocasiones ocurren estas situaciones, pero como tales las aceptamos.

P: ¿Entendería una vida apartado de la ilusión que le produce encarar nuevas expediciones?

R: Llegará un momento en que esos retos se tendrán que acabar pero habrá otros, que serán continuar y seguir disfrutando con lo que uno hace y con ascensiones a otras montañas. Yo he tenido un vínculo importante con el Himalaya y con un país como Nepal que ha hecho que mi vida haya sido muy especial. Me une un vínculo muy importante, hasta el punto de que tengo una niña adoptada.

P: Suma 47 expediciones al Himalaya, pero será la primera después del terremoto. ¿Qué se va a encontrar allí?

R: No me voy a encontrar Nepal como estaba, voy a contemplar muchos cambios en el propio país. Para mí es una motivación extra la incógnita de qué me voy a encontrar, si ha cambiado mucho el paisaje, la capital y las propias montañas. En este terremoto muchas montañas cambiaron su fisonomía y vamos con esa incógnita.