Bilbao - “Del material hablaremos en el partido, pero a Kepa Peñagarikano, el seleccionador de material, le han podido las quejas. Parece que hay que llorar para que te hagan caso”, desveló ayer Juan Martínez de Irujo y prendió la mecha del primer partido de semifinales del Parejas. Prosiguió el de Ibero, en la liturgia con el cestaño de cara al duelo del sábado en Bilbao ante Olaizola-Urrutikoetxea, explicando que “nosotros queríamos más pelota y en el primer partido de la liguilla ya se vio. Fue un partido espectacular. Ganaron ellos. Había material exagerado según Aimar y Mikel, pero fue todo lo contrario. Parece que las pelotas que botaban un poco las ha quitado Kepa y diría que el sábado pasado había más pelota en el Labrit que aquí y este frontón admite más”. El puntillero prosiguió comentando que “el sábado veremos si nos hemos quedado contentos, pero queremos otro tipo de material que ha quitado él. Parece que si lloras, te hacen caso”.

Las declaraciones del delantero navarro aterrizaron en la sala de prensa del frontón Bizkaia con bastante peso. El manista de Ibero reaccionó tras una elección de material en la que no quedó del todo a gusto y después de que sus contrincantes, en su primer encuentro del campeonato entre ellos, se despacharan ante lo que habían encontrado en el lote cribado por Peñagarikano, en el centro del huracán. Por entonces, el delantero de Goizueta afirmó que “de las diez pelotas que había, tres no deberían de estar. Hay gente para eso, pero parece que nadie toma decisiones”.

Tras las explicaciones de Juan, fue Olaizola II el que entró en liza con los cueros como telón de fondo. “De nuestra parte, estamos contentos por las tres pelotas que tenemos. Hemos escogido tres que nos gustan. Ellos tienen con más salida, que es la que suelen usar, y a nosotros más lentas y con más bote; pero no creo que entre las seis hayan demasiado vivas o demasiado bajas. Cada uno dice lo que quiere, tampoco me extraña”, aseveró el pelotari de Goizueta, quien agregó que “muchas veces estamos aburridos de escuchar tonterías. Nosotros no hemos metido ninguna presión. Lo que hicimos el primer día, o cualquier día que hemos encontrado pelotas vivas, fue quejarnos. Si el seleccionador está presionado cada vez que él se queja de las pelotas, no vendría a ninguna elección”. Asimismo, el primer espada navarro analizó que “de estas cosas tengo el culo pelado. Llevo 18 años aquí y, depende de con qué tipo de pelotari, siempre pasa lo mismo. Me aburre y me hace gracia porque me entra por un oído y me sale por el otro. No le doy importancia”.

Con el tema central de los cueros en la liza, los dos pelotaris con más palmarés en activo acometieron en el Bizkaia una guerra psicológica que volvió a tocar otro lugar común en el deporte: el favoritismo. Los de Aspe, que han ganado trece partidos de catorce en la liguilla de cuartos de final, colocan como principales aspirantes “a la txapela” a sus rivales por haber sido sus únicos verdugos. Fue el 26 de diciembre en el mismo escenario, en un auténtico partidazo que terminó 22-18 para los de Asegarce. Por contra, Aimar y Urruti se fían de los resultados cosechados, dando la etiqueta de “más fuertes” a Irujo-Rezusta, al “haber sido los que mejor han jugado en la primera fase del Parejas”. De este modo, todo apunta a un envite con todos los ingredientes para ser considerado de alto voltaje. Por ahora, el volumen de ventas de billetes lleva buen ritmo y se espera que haya una gran entrada.

Martínez de Irujo se deshizo también en elogios hacia sus contrincantes, a los que considera casi “sin fisuras”. “Quizás su mayor virtud sea que defienden mucho y bien. Si Urruti baja al cinco, es muy difícil pasarle; a Aimar en el ancho es muy complicado hacerle el tanto; Mikel en el txoko está defendiendo mucho y, además, Olaizola está inspirado con la zurda. Solo sé que tenemos que salir a tope si queremos aspirar a la victoria”, remachó el puntillero de Ibero. Por otro lado, Mikel Urrutikoetxea, cuestionado sobre si los cuatro contendientes pueden considerarse como aspirantes a la final, apostilló que “es un error”.