Este rico empresario sudafricano puede presumir de un lado humano que le diferencia del resto de los candidatos. La lucha contra la política de segregación racial en la época del apartheid llevó a Tokyo Sexwale a ser durante 13 años prisionero político junto a Nelson Mandela en la cárcel de Robben Island. Después fue ministro de Vivienda del Gobierno sudafricano e integrante del comité de la candidatura de Sudáfrica al Mundial 2010, cuya promoción también tiene un lado sospechoso. Es asesor de la FIFA contra el racismo y ha conducido las conversaciones entre las federaciones de Israel y Palestina. Sexwale promete “transparencia financiera” para acabar con “la incapacidad” de la FIFA para controlar su dinero y la corrupción, pero hasta el voto africano le ha dado, parece, la espalda.
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