A estas alturas de la pasada temporada, disputadas 25 jornadas, el Leicester ocupaba la última posición de la Premier League como recién ascendido; sorprendentemente, en la actualidad es el líder del fútbol inglés, el caso más excepcional de las grandes ligas. Por poner un ejemplo, es como si el Córdoba, colista el curso pasado en la liga española tras 25 partidos y con un punto más que entonces el Leicester, ocupara en la clasificación de la Liga BBVA el lugar del Barcelona. Sí, así es.
¿Y esto cómo se consigue? He aquí representada de manera simplista la receta del éxito: “Juegan mucho al contragolpe. Tienen a algunos de los jugadores más rápidos de la Premier, me refiero a Vardy y a Schlupp. Uno de los centrales, Wes Morgan, también es uno de los más veloces. Y luego está el extremo argelino Mahrez, quien consigue que pase algo cada vez que toca el balón. Si a ello le añades que el colectivo está muy bien trabajado, y que a los rivales les cuesta horrores crear ocasiones... A nada que el Leicester se te adelanta en el marcador, termina matándote a la contra. La suma de todas estas pequeñas cosas, que en realidad no son tan pequeñas, convierte en muy difícil que alguien gane a este equipo”. La explicación es de Iñigo Idiakez en declaraciones para el diario Noticias de Gipuzkoa. El exjugador de la Real Sociedad es entrenador de la cantera del club inglés, mama de su éxito deportivo, porque la puesta en escena dirigida por el técnico Claudio Ranieri, con un férreo 4-4-2 de esquema táctico, funciona a las mil maravillas.
El Leicester ha dado una nueva campanada, tal vez las más sonada en lo transcurrido de curso, un golpe de autoridad en el Etihad Stadium del Manchester City, temible candidato al título, con una soberbia actuación. Ganó 1-3, resultado que da un tamaño crédito a sus opciones de erigirse en campeón. Quizás más que ningún otro hecho esta campaña. De impacto mundial.
Entrando en detalle, el Leicester, cuyo máximo logro en la liga inglesa es ser segundo (1928-29) y ha conquistado tres Copas de la Liga (1963-64, 1996-97 y 1999-00) y una Community Shield (1971), cuenta con el máximo goleador del campeonato, Jamie Vardy, con 18 dianas. Un tipo que busca emular al Gary Lineker de la 1984-85 como máximo artillero de la liga con la camiseta del Leicester y ser el primer inglés en copar la lista desde el 2000.
Y es que el Leicester es el equipo que más goles anota de la Premier, junto al Manchester City, 47. Además, es el tercero de las grandes ligas europeas con más triunfos como visitante, con 8, superado por Paris Saint Germain (11) y Juventus (9).
Lo llamativo es que no es un equipo dominador de las fases del juego: figura como el tercer plantel con menor posesión del balón por partido, casi 41%, y es también el segundo que menos pases realiza, 8.404, menos que cualquier equipo de la liga española. Sin embargo, a pesar de donar la pelota, de ir a merced de la corriente que propone el rival, solo ha perdido dos partidos, siendo superado en las principales ligas del continente por el PSG, sin derrotas, y el Bayern de Múnich, con una.
El Leicester es Forrest Gump Otro factor de influencia como parte de la gloria que besan Los Zorros es que no disputan otras competiciones que no sean la doméstica. Lo cual reporta descanso. Las piernas del Leicester están frescas, y aplicando frescura con criterio, es la plantilla de la Premier que más balones recupera, 1.700, cantidad superior a cualquier equipo en España. “Por qué no podemos dejar de correr, correr y correr? Somos como Forrest Gump”, dice Ranieri. Sus pupilos se manejan como autómatas, con conceptos muy básicos, pero productivos: la rigurosa aplicación del concepto de equipo. En el vestuario del Leicester no hay superstars. La brega se hace codo con codo, con esfuerzo. Esa filosofía, que nace de la humildad, porque el Leicester no solo era un colista el año pasado, sino que es uno de los modestos de la historia del fútbol inglés, es clave. “Tienen las ideas muy claras”, apoya Idiakez.
Restan 13 jornadas y el Leicester posee 5 puntos de margen sobre el segundo clasificado, otra sorpresa aunque menor, el Tottenham. “Nadie te espera en esos puestos, los rivales todavía no te respetan como a un grande...”, apunta Idiakez. Pero los resultados siguen llegando. “¿Por qué no podemos ser campeones? Lucharemos, pero sin presión”, dice Ranieri. “Posibilidades hay. Y son reales”, suma Idiakez. La advertencia del sábado es que el Leicester no se achica ante colosos, no tiembla. Pasan los días y sigue enrocado, colmado de fe.