Sevilla - El Celta encara hoy la ida de semifinales de Copa con la ilusión de iniciar con buen pie este penúltimo asalto, y lo hace sin complejos debido a su buen caminar en este torneo y en la Liga, aunque se encontrará con un Sevilla que ha hecho del Sánchez Pizjuán un fortín. Los sevillistas no pierden en su campo desde el pasado 3 de noviembre ante el Manchester City inglés (1-3) en la Liga de Campeones. En la Copa acuden a esta cita con un pleno de seis triunfos en las tres anteriores eliminatorias, y sin ningún gol encajado y en la Liga acumulan diez partidos seguidos con victorias en el Pizjuán. Estos números esperan mantenerlo para acudir a la vuelta de Vigo con garantías, aunque en el club hispalense aún se recuerda que el último rival que ganó en la Liga en Sevilla fue precisamente el Celta, que lo hizo el pasado 20 de septiembre en la cuarta jornada por 1-2 y con un juego que desarboló al equipo de Unai Emery, sobre todo en la primera parte.

Tres veces en ocho días Por ello, en el Sevilla se han alejado de sentirse favoritos desde que fue emparejado la pasada semana con el Celta, rival con el que el calendario ha fijado que se midan tres veces en ocho días, pues, tras el partido de este jueves, el domingo jugarán en Balaídos en la Liga y al jueves siguiente la vuelta de la Copa.

Emery tiene para este choque la importante baja del centrocampista polaco Grzegorz Krychowiak, quien se lesionó una rodilla en el entrenamiento el pasado viernes y que estará varias semanas de baja. Por contra recupera a otro de los pesos pesados del equipo, su organizador, el argentino Éver Banega, quien se perdió los dos últimos partidos -Copa y Liga- por una dolencia de gemelo. El técnico guipuzcoano también podría haber contado, si lo hubiera considerado oportuno, con los dos refuerzos del mercado invernal, el lateral derecho portugués Diogo Figueiras y el central argentino Federico Fazio. - Efe