el poderoso y puntiagudo sol que alumbró a Kenia durante décadas, dorado su atletismo, forrado con papel de oro, oscurece por la mancha del dopaje, capaz de eclipsar al mejor destacamento de atletas. Se hace la noche en Kenia. “La lucha contra el doping aún no se han ganado, a pesar de los esfuerzos en luchar contra los tramposos”, asume el Comité Olímpico de Kenia. En los últimos días se han conocido siete nuevos casos de dopaje en el país africano. Emily Chebet, campeona mundial de cross en 2010 y 2013, aparece en el listado de la trampa. Antes cayó otra insigne, Rita Jeptoo, triple vencedora en el maratón de Boston y doble ganadora en Chicago. Ambas comparten el listado de 22 kenianos sancionados en la actualidad, que alcanza los 43 si se suman los casos detectados desde 2012.

Kenia, la gran potencia del atletismo, que lideró el medallero en los Mundiales de Pekín con 7 oros, 6 platas y 3 bronces está en el ojo del huracán. Dick Pound, el director de la comisión independiente de la AMA, puso la lupa sobre el atletismo keniano. “Kenia tiene un verdadero problema. Si no trabajan seriamente, alguien lo hará por ellos. Es bastante claro que Kenia ha disfrutado de gran éxito en las pruebas de resistencia y también es bastante claro que allí se utilizan una gran cantidad de sustancias dopantes”, anunció el dirigente. Kipchoge Keino, presidente del Comité Olímpico de Kenia, expuso que Kenia puede correr la misma suerte que Rusia, inhabilitada en el panorama internacional por una trama de dopaje de estado.

El mismo organismo que ha sancionado a Rusia “está considerando seriamente” la suspensión del país africano, cuya estructura está apolillada por la termita de la trampa. Isaiah Kiplagat, presidente de la Federación de Atletismo de Kenia y miembro del Consejo de la IAAF; David Okeyo, miembro del Consejo de la IAAF, vicepresidente de la IAAF y directivo de la Federación keniana; y Joseph Kinyua, director del equipo nacional del país africano, se han visto obligados a dejar el cargo debido al escándalo. Los casos de dopaje, aunque numerosos, se han focalizado en atletas de relleno, de “segunda y tercera fila”, considera Jordan Santos, doctor en biología.

talento innato El científico, que fue miembro de Investigación de Ciencias del Ejercicio y Medicina del Deporte de la Universidad Sudafricana de Ciudad del Cabo antes de recalar en la UPV, realizó un exhaustivo análisis de los atletas keniatas, entiende que su talento para el atletismo es innato. “Lo que haría a los atletas kenianos grandes corredores de largas distancias sería una antropometría de tipo predominantemente ectomorfo, caracterizada por formas lineales, con gemelos esbeltos, tendones de Aquiles más largos, un ciclo de acortamiento y estiramiento de los tejidos tendinosos más corto que implicaría eficiencia biomecánica, una extraordinaria economía de carrera, la combinación volúmenes moderados de entrenamientos, pero de alta intensidad (vivir en altura y entrenar en altura) y factores de vida tempranos específicos (básicamente ejercicio físico durante la niñez y exposición prenatal a alta altitud)”, describe el doctor en biología, que opina que los últimos casos de dopaje no ponen en riesgo la supremacía keniata, “Llevan dominando el fondo más de medio siglo”.

Sostiene Jordan Santos, que en el atletismo keniano, que produce atletas por saturación “son muchos y muy buenos”, no cree que exista una trama de dopaje equiparable a la rusa. “De hecho, los atletas que han dado positivo son corredores que no salen prácticamente de Kenia, hablamos de atletas sin apenas proyección”. La gangrena, considera el científico, está en el entramado federativo, en la corrupción “más que en los atletas”. Fundamenta su juicio en los estudios realizados. Si bien “para alcanzar la excelencia hacen falta unas bases y una predisposición genética”, el biólogo estima que un atleta “nunca” desarrollaría todo su potencial “si no confluyeran otros factores sobre esa base previa, y esos factores serían los ambientales”.

A los factores a los que alude el científico, se le ha de sumar la aparición del dopaje en los últimos años. “Es novedoso y está unido a la aparición de algunos managers italianos llegados del mundo del ciclismo”, estima Santos, antes de matizar que en Kenia “hay mucho talento natural que no explica el dopaje. Los grandes se han demostrado hasta hoy limpios”, advierte”. Santos enfatiza que “los he estudiado en el laboratorio y sé que gran parte de su talento en innato. No voy a dejar de creer que tienen algo especial. Unas manzanas podridas no van a manchar toda la historia del país que lleva desde 1968 dominando el fondo con puño de hierro”. Por si acaso, la AMA no le quita ojo al cesto keniano, que pisa el fango.