LA victoria de Mikel Urrutikoetxea en el Cuatro y Medio no solo fue la consecución del trabajo bien hecho por el manista de Zaratamo. Fue algo más. La confirmación. Dicen que es más fácil llegar que quedarse y el zaratamoztarra demostró en la final de la jaula que ya es una realidad. Pero méritos deportivos aparte, esta txapela también tuvo un significado para la pelota vizcaína, que si en el Manomanista vio cómo se ponía punto y final a la sequía de títulos, el pasado domingo contempló cómo otra maldición llegó a su fin. Urrutikoetxea se ha convertido en el referente. Un modelo a seguir por los más pequeños que desde la Federación Vizcaína de Pelota y las escuelas del territorio esperan que sirva para dar un nuevo impulso a la cantera manista y empiecen a apuntarse más niños con la intención de imitar a ese espigado pelotari de Zaratamo, que comenzó como ellos y ha crecido hasta convertirse en un coloso capaz de hacer hincar la rodilla a los dos dominadores de los últimos años: Juan Martínez de Irujo y Aimar Olaizola.

En los entrenamientos de las escuelas de pelota ha salido un nuevo nombre: Mikel Urrutikoetxea. Las referencias siempre han sido muchas y los más pequeños sueñan con parecerse en un futuro a su pelotari favorito, sin embargo, en esta ocasión, bastantes jóvenes quieren ser como el manista vizcaino. “En los entrenamientos solemos organizar partidos y los niños siempre suelen pedirse algún pelotari. Hasta ahora siempre era Irujo o Aimar, pero ahora muchos quieren ser Urrutikoetxea”, cuenta Peio Urionabarrenetxea, encargado de dirigir la escuela de pelota de Markina. Aun así, en el caso de los markinarras, la figura del nuevo campeón del Cuatro y Medio les pilla un poco lejana. “Los más pequeños no saben decir si Urruti es de Zaratamo o Aimar es vizcaino. En nuestro caso, conocen a Aretxabaleta porque le ven por la calle, pero luego en la zona de Zaratamo, Arrigorriaga? ahí sí conocerán a Mikel”, relata Urionabarrenetxea, que añade: “Aunque en el caso de los padres sí puede influir y seguro que a mal no repercute”.

Más cercano ven a Urrutikoetxea los pelotaris de la escuela de Lemoa. “Los chavales son conscientes de que por fin tenemos un campeón vizcaino. Los ganadores navarros, guipuzcoanos... les quedaban fuera de lugar y saben que Mikel es de Zaratamo y que al igual que ellos, también jugó el campeonato zonal de Arrati-Nerbioi. Se ven representados”, cuenta Aitor Erauzkin, encargado de la escuela lemoztarra. Mientras, en Sopela, también se congratulan del buen hacer de Urruti en los últimos campeonatos: “Ha venido alguna vez a dar premios y nos alegramos porque es un chaval súper majo y humilde. Se merece todo lo bueno que le pase”, afirma Patxi Ziskar, de la escuela sopeloztarra.

Aun así, los ecos de Urruti no se trasladan a los números. El último año las fichan han aumentado en un seis por ciento, llegando hasta las 1123 entre pelotaris, árbitros y entrenadores, pero desde la Federación Vizcaina de Pelota no creen que eso se deba a las txapelas del zaratamoztarra. “No son ni cien licencias arriba o abajo. Me parece que es muy pronto para que eso se refleje en las licencias”, apunta Endika Basáñez, técnico de promoción y encargado de la captación de pelotaris por las escuelas. Desde el organismo vizcaino creen que la clave está en la buena labor realizada en los últimos años: “Estamos trabajando en la captación del deporte escolar y puede que los frutos se estén viendo ahora”.

Desde la federación no quieren que este impulso sirva solo para aumentar la cantidad de nuevos pelotaris, también esperan que la calidad suba y para eso es fundamental que haya técnicos preparados. “En algunos clubes no hay entrenadores que estén bien formados y eso repercute. Lo que demandamos a la Federación Vasca son varios cursos básicos”, expresa Xabi Santa, técnico de la vizcaina. Algo básico en muchos deportes, pero que en los frontones todavía no se ha instaurado con regularidad: “La pelota es un mundo muy tradicional y a diferencia del tenis o el fútbol no existen unos entrenamientos cualificados y lo que se hace es dar una pelota y a jugar”.