La histórica remontada que el pasado domingo protagonizó Mikel Urrutikoetxea en el frontón Bizkaia de Bilbao, para voltear de una tacada un 10-22 adverso ante Juan Martínez de Irujo y hacerse con la txapela del Cuatro y Medio de la LEP.M, comenzó con un error del delantero de Ibero. Irujo disponía del disparo inicial para casi cerrar la contienda, pero falló en su intento de saque-remate. Su proyecto de parada al txoko se estrelló en la chapa. Fue una jugada que duró cinco segundos y en la que se dieron dos pelotazos a buena, ya que el tercero, de Irujo, murió en la chapa.
Uno de los tantos más largos del alucinante parcial de 12-0 con el que Mikel Urrutikoetxea cerró la final del Cuatro y Medio de la LEP.M. El vizcaíno tuvo a Irujo corriendo de un lado a otro de la cancha hasta que conectó un gancho por la pared para el que su rival, tremendamente agotado, no encontró la fuerza necesaria para contrarrestar con su mano izquierda. Fue la primera ocasión en la que Urrutikoetxea exteriorizó su rabia y su alegría durante la tacada definitiva. Fueron 30 intensos segundos con 15 pelotazos a buena.
El tanto más largo de la tacada final sirvió de nuevo para que Mikel Urrutikoetxea convirtiera a Irujo en un simple recadero. El delantero de Ibero defendió pelotas imposibles en la pared y en el ancho, pero claudicó después de medio minuto de veloces carreras. El vizcaíno terminó la jugada con un sotamano profundo al que Irujo no hizo ni mención de correr después de defender un dos paredes de volea que le obligó a desplazarse hasta la contracancha. Ahora sí, ya con el agua al cuello, Irujo se marchó directo a la silla. Era su primer descanso.
Una violenta volea al txoko muy ajustada a la pared izquierda le valió a Mikel Urrutikoetxea para alcanzar su primer objetivo: el empate. Irujo llegó a conectar con la pelota, pero lo hizo tan forzado que no pudo llevarla a buena. Ni el público ni el propio Irujo se creían lo que acababa de ocurrir y tampoco podían imaginar lo que sucedería a continuación. El delantero de Ibero, con su ventaja ya dilapidada, solicitó su tercer descanso. Pablo Berasaluze, botillero de Urrutikoetxea, se encargó de frenar la euforia del vizcaíno para seguir por la misma senda.
El 12-20 llegó producto de un buen saque de Mikel Urrutikoetxea que Juan Martínez de Irujo no supo llevar al frontis. Tras fallar el resto con la zurda, el delantero de Ibero comenzó a cruzar miradas con su botillero, Patxi Eugui, aunque ni uno ni otro consideraron necesario solicitar un descanso para parar el partido. Hasta ese momento, Urrutikoetxea había consumido tres de sus descansos e Irujo ninguno. También estaban agotados los dos que le corresponden a la televisión, de tres minutos de duración cada uno (se produjeron cuando Irujo alcanzó los tantos 12 y 18).
El tercer tanto de saque de Mikel Urrutikoetxea en la tarde del domingo le valió al vizcaíno para reducir a la mitad la tremenda ventaja que había acumulado Juan Martínez de Irujo: del 10-20 al 15-20. Al vizcaíno le seguían saliendo las cosas en su intento de remontada, mientras que a Irujo se le notaba cada vez más nervioso. Las pruebas resultan irrefutables: un nuevo cruce de miradas y gestos con Eugui y un leve movimiento de cabeza para echar un vistazo al marcador y cerciorarse de que su ventaja de 10 tantos se había reducido a la mitad.
Urrutikoetxea se había crecido de manera definitiva después de encadenar siete tantos y no paró hasta conseguir el octavo. De poco le sirvió a Irujo el descanso que había solicitado tras encajar el 10-17. Volvió a verse indefenso ante la ofensiva de su rival, que esta vez necesitó menos tiempo y menos pelotazos para seguir recortando distancias. Un nuevo dos paredes de volea, acción que domina a la perfección, obligó a Irujo a un desplazamiento hasta casi la contracancha. Con el brazo encogido, su derechazo no encontró el frontis.
La voltereta definitiva se produjo con una acción muy similar a la que se convirtió en el 18-20. Urrutikoetxea volvió a apostar por un dos paredes muy ajustado, esta vez de sotamano, que Irujo no pudo defender. Tremendamente fatigado, el delantero de Ibero tuvo la capacidad de llegar hasta la contracancha y contactar con la pelota, pero le faltó fuerza para llevarla hasta el frontis. Desesperado, pidió su tercer descanso instantes después de aguantar estoicamente (a punto estuvo de no hacerlo) las provocaciones de un par de aficionados.
bilbao - Mikel Urrutikoetxea se proclamó el domingo campeón del Cuatro y Medio de la LEP.M, un título que le sirve para redondear un 2015 espectacular, ya que en junio se caló la txapela del Manomanista de la LEP.M. De esta forma, el delantero de Zaratamo hizo historia al convertirse en el sexto pelotari en ganar las dos grandes competiciones individuales en un mismo año, emulando los hitos de Soroa II (1954), Retegui II (1990), Eugui (2000), Olaizola II (2005, 2012 y 2013) y Martínez de Irujo (2006, 2010 y 2014). Precisamente se coronó el domingo en el frontón Bizkaia de Bilbao ante el delantero de Ibero. Lo hizo remontando un 10-20 adverso con un alucinante e histórico parcial de 12-0. Una tacada que firmó en 15 minutos y 56 segundos, aunque solo dos minutos y 26 segundos fueron de juego real, en los que Urrutikoetxea e Irujo conectaron 71 pelotazos a buena. Así fue la voltereta tanto a tanto.
El 13-20 fue otro error de Juan Martínez de Irujo. El delantero de Ibero se confundió al ejecutar una volea con la derecha en el ancho. La pelota no le entró bien en la mano y ésta se acabo estampando en el colchón inferior del frontis. Fue una jugada muy rápida: saque de Urrutikoetxea, resto de Irujo con la zurda, una apertura de gancho del delantero vizcaíno (con su mano izquierda) y la posterior volea del navarro que no alcanzó su objetivo. Irujo volvió a cruzar su mirada con Eugui, aunque ambos continuaron con su estrategia de no detener el partido con un descanso.
Mikel Urrutikoetxea encadenó dos tantos de saque consecutivas, aunque especialmente relevante resulta el que le endosó a Juan Martínez de Irujo en la jugada que se convirtió en el 16-20. Al delantero de Ibero le habían entrado tantas dudas al resto que adelantó su posición en el momento que su rival se disponía a ejecutar el disparo inicial. Sin embargo, Irujo no calculó demasiado bien, no pudo restar de aire y contempló impotente cómo la pelota la rebasaba. Eugui le propuso descansar, pero Irujo quiso seguir en la cancha. Al menos, un tanto más.
Aunque se había mostrado manifiestamente superior en los ocho tantos anteriores, el mejor tanto de su remontada lo firmó Mikel Urrutikoetxea con un ajustado gancho desde el cuadro tres. Pegado a la pared, el vizcaíno dibujó un ángulo perfecto para colocarse a un solo tanto de Irujo. El delantero de Ibero, que parecía tener la oportunidad de respirar, se encontró con un milimétrico y violento pelotazo de su oponente para el que no encontró respuesta. La celebración efusiva de Urrutikoetxea contrastó con la impotencia de Irujo.