Bilbao - “Los partidos son a 22 y hay que pelearlos hasta el final”, afirmó Mikel Urrutikoetxea mientras sostenía orgulloso la txapela y el trofeo que le acreditan como el nuevo campeón del Cuatro y Medio. A esa frase se agarró ayer el zaratamoztarra. No tiró la toalla y luchó a contracorriente pese a que todos los factores estuvieron en su contra. El 10-20 parecía una losa demasiado pesada, una renta casi insalvable, teniendo en cuenta que en frente se encontró un coloso como Juan Martínez de Irujo, poco acostumbrado a dejar escapar a su víctima cuando huele la sangre. Urruti siempre miró hacia delante y se mantuvo en el encuentro dispuesto a dar la vuelta a un choque que muchos pensaron ya finiquitado: “Si perdía quería hacerlo peleando. Es normal que la gente pensara que el partido estaba perdido, iba 10-20. Al final estoy contento por la victoria y por la txapela”.

La primera parte de Urrutikoetxea fue una de las peores realizadas por él mismo durante este campeonato. Sin ideas y frustrado, hasta la suerte le fue esquiva en los primeros pelotazos. “Me costaba mucho quitar con la izquierda, no buscaba altura y en los ganchos no encontraba los ángulos. No me sentía cómodo. Además no he restado nada bien”, relató el zaratamoztarra, que reconoció haber “quitado algo de esparadrapo” para intentar que la pelota entrara mejor. Por su parte, en el otro lado y gozando en la cancha, se encontró Martínez de Irujo. “Al principio le he visto muy bien a Juan, dando una velocidad brutal a la pelota y moviéndola bien. También he notado que físicamente estaba mejor que yo”, contó Urruti, que valoró la figura de Pablo Berasaluze, su botillero ayer, a la hora de revertir la situación: “He estado descentrado y en algunos momentos me he salido del partido, pero Pablo me ha ayudado a mantenerme en el partido y quería aprovechar la oportunidad. Aunque he jugado yo, parte de la victoria es gracias a él, por todos los consejos que me ha dado siempre”.

El delantero de Zaratamo poco a poco empezó a sentirse mejor, a encontrar su sitio en la cancha y los tantos fueron cayendo de su lado, la remontada cada vez era menos utópica. “Había que seguir luchando, intentar aprovechar el saque y seguir trabajando. Me he empezado a sentir más cómodo en la cancha, los tantos caían a mi favor y me he venido arriba. Juan se ha puesto más nervioso y en algún tanto se ha llenado”, describió la situación Urrutikoetxea, que se encontró en un escenario propicio a falta de un suspiro para terminar el choque: “Era un partido a dos y el saque lo tenía yo. He sufrido, pero al final ha merecido la pena”.

OTRA TXAPELA PARA BIZKAIA Urrutikoetxea sigue haciendo historia dentro de la pelota vizcaina y, como hizo en el Manomanista, volvió a romper otra sequía, en esta ocasión al traer la txapela del Cuatro y Medio a Bizkaia tras 62 años. “Es una cosa muy bonita para mí y para todos los aficionados que me siguen. Por desgracia no ha habido un campeón vizcaino en muchísimos años y para todos los pelotaris que vienen detrás, esto les empuja más a ir al frontón”, declaró el zaratamoztarra. Un bonito broche en un año para enmarcar. “No se le puede pedir más y solo queda acabarlo sin lesiones”, expresó Urruti, que no se conforma con lo hecho hasta ahora y ya mira a sus próximos objetivos: “El pelotari lo que quiere es seguir al nivel y el deportista tiene que ser ambicioso, e intentaremos cumplirlo”.