vitoria - En muchos lugares del mundo el rugby es más una religión que un deporte. Cada cuatro años, sus numerosísimos fieles tienen una cita ineludible con la disputa del Mundial que reúne a las mejores selecciones del planeta. El pasado sábado, el templo londinense de Twickenham acogió la final que coronó por tercera vez a los All Blaks como los mejores de este deporte y puso el colofón a un mes de apasionante competición. Pues bien, en esa histórica cita y en muchas de las anteriores hubo una nutrida representación alavesa. Concretamente del Gaztedi.

Y es que varios integrantes del club vitoriano han hecho lo posible y lo imposible para poder vivir en directo una experiencia que todos coinciden en describir como “inolvidable”. Probablemente el más envidiado por todos es Mikel Epalza, que estuvo presente en el encuentro por el tercer y cuarto puesto y en la gran final junto a su aita, Tomás. “Él jugó un montón de años y yo sigo en ello. En casa el rugby se vive a tope y el año pasado, cuando cumplió 60, le regalaron las entradas para la final. Él ha estado en las de los cinco últimos Mundiales -Gales, Australia, Francia, Nueva Zelanda e Inglaterra- pero para mí era la primera. Fue espectacular y además estuvimos en el palco de autoridades viendo a algunos de los mejores jugadores de la historia”, recuerda.

Otro habitual de estos eventos es Pedro Montoya, antiguo jugador y en la actualidad árbitro internacional. Él también ha estado en los cinco últimos Mundiales y en esta ocasión optó por presenciar la fase previa, compaginando el turismo y su pasión por el rugby. “Cada cuatro años me planifico las vacaciones coincidiendo con las fechas del torneo. Esta vez he estado 21 días con mi novia y una semana vino también una sobrina. Fuimos en coche desde Vitoria parando por Francia y cruzamos el Canal de la Mancha en ferry. Vimos ocho partidos y aprovechamos los días libres para visitar otras ciudades de Inglaterra y Gales. Para poder conseguir las entradas te tienes que apuntar más de un año antes en la página de la Federación y luego esperar al sorteo para ver lo que te toca”, explica. Este veterano destaca el “ambientazo” que se ha vivido en la cuna de este deporte pese a que la selección anfitriona quedó eliminada a las primeras de cambio y piensa ya en la cita de dentro de cuatro años en Japón.

El más novato en estas lides era Oier Montalbán, actual capitán del Gaztedi, que compartió experiencia con otros tres compañeros de equipo. “Hace más de un año hablamos para ver quién estaba dispuesto a ir y nos apuntamos. Cuando salieron las entradas cogimos para cuatro partidos y ha sido un viaje espectacular. Hemos ido en autocaravana para pasar ocho días allí y es una auténtica pasada cómo se vive el rugby”, recuerda ya desde casa. Así pues, el Gaztedi ya puede presumir de sus particulares mundialistas.