singapur - No hubo opciones para Garbiñe Muguruza y Carla Suárez en la final de dobles de las Finales WTA. Enfrente estuvieron Martina Hingis y Sania Mirza, la mejor pareja del mundo, que no hicieron más que imponer su condición de especialistas. No en vano, ayer sumaron su vigésimo segunda victoria consecutiva y su décimo título, nueve de ellos juntas. El marcador de 6-0 y 6-3 es bastante explícito sobre lo que ocurrió en la pista de Singapur. La suiza, que ya jugaba hace 17 años contra Arantxa Sánchez y Conchita Martínez y ya había sido dos veces campeona junto a Anna Kournikova, y la india, que ganó el año pasado junto a Cara Black, cubrieron todos los espacios de la pista, dieron su mejor nivel y así era imposible que Muguruza y Suárez pudieran aspirar a la victoria. Solo cuando estaban ya casi sentenciadas, sacaron algunos buenos golpes, pero sus rivales formaban una doble pared que nadie ha podido derribar en un torneo en el que no han perdido ningún set y solo han cedido 31 juegos en cinco partidos.
Al final, a Garbiñe Muguruza le puede haber quedado la decepción de no haber podido culminar de mejor manera su gran semana en las Finales WTA, pero el cansancio se fue apoderando de ella, como era normal. En todo caso, como pareja de Carla Suárez han mejorado sus resultados del año pasado en el que cayeron a la primera en Singapur. Pero ahora van a tener que replantear la próxima temporada y tanto la vascovenezolana como la canaria tienen asumido que será complicado continuar como pareja, al menos de forma tan continuada. Las exigencias de ambas de asentarse entre las mejores del ranking individual obligan a gestionar los esfuerzos.
“Me quedo con la sensación de salir a pista, en un estadio así, la gente... Y, claro, también con las semifinales individuales y esta final en dobles. Es cierto que cada vez es más difícil jugar el dobles, pero lo seguiremos haciendo en 2016 porque nuestra ilusión es jugar juntas en los Juegos de Río”, resumió la de Caracas, que ha podido defender su condición de número 3 del mundo y ahora inicia una nueva etapa de su carrera en la que, como ella misma ha reconocido, le toca demostrar que puede estar ahí mucho tiempo.
radwanska ya es maestra Para ello, se tomará ahora unas semanas de vacaciones y a mitad de diciembre iniciará la pretemporada de 2016 en Los Angeles, donde reside Sam Sumyk, el entrenador con el que seguirá trabajando y que debe terminar de moldear a una jugadora que puede marcar una época en el circuito femenino. Al margen del reconocimiento general, Garbiñe Muguruza se llevó también de Singapur el leve consuelo de que perdió en la lucha individual ante la campeona. Agnieszka Radwanska, conocida en el circuito como “la profesora”, logró su primer título de Maestra del tenis tras vencer (6-2, 4-6 y 6-3) en la final a Petra Kvitova en otro duelo en el que sacó todo su repertorio para derrotar a una jugadora con un tenis mucho más poderoso. La polaca, que perdió los dos primeros partidos en Singapur, ha ido creciendo y en los choques a vida o muerte ha desquiciado a sus rivales. Ayer volvió loca en el primer set a Kvitova, que encima arrastraba molestias en una pierna. Con un solo error no forzado de Radwanska en los dos primeros sets, la zurda de Bilovec no tenía más remedio que arriesgar al máximo y calibrar mejor los golpes. Ella tenía que hacer el punto porque su rival no se le iba a regalar. La checa, a raquetazo limpio, se colocó 2-0 por encima en el tercer set, pero Radwanska siguió devolviendo bolas para obligar al todo o nada a Kvitova, que sumó 53 errores no forzados. La tenista de Cracovia solo cometió cinco, una cifra histórica, en todo el partido, que cerró en blanco al resto de una agotada Petra Kvitova. “Hace tres semanas no sabía ni tan siquiera si estaría aquí y ahora soy la maestra de la WTA. Ganar aquí lo significa todo”, reconoció Radwanska.