GASTEIZ - “Decidí parar para evitar daños mayores”. Fernando Alonso, al menos, pudo mostrar en el pasado Gran Premio de Italia su compromiso profesional. Abandonar a tres vueltas del final le supuso completar más del 90% de la carrera y, por tanto, computar el resultado: 18º posición final. Su peor resultado en la Fórmula 1. Ni en 2001, en su primer año concursando, al volante de un Minardi, se clasificó tan retrasado. Borrón tras borrón llega el hábito, y a estas alturas ya no le puede importar seguir manchando su hoja profesional.

Arrastrado por su ambición, motivo de su mudanza a McLaren, la escudería está ahogándole en los bajos fondos. La escudería vive en el desastre. Alonso y su compañero Jenson Button maman de ello, de la debacle. Los discursos en los albores de la entrante campaña suenan como ecos humorísticos, porque en nada se parece el proyecto al ideal vendido de puertas afuera. McLaren sigue sin estar más allá de ser mero figurante, haciendo de las carreras su laboratorio, ni se le espera. Tan siquiera la excusa de trabajar mirando hacia 2016 es válida, y si se está haciendo, que seguro, la situación es peor aún, porque nada se está proyectando sobre la pista. Tampoco se puede dudar de que McLaren regresará por sus fueros como una de las escuderías más laureadas de la historia de la Fórmula 1 -ostenta 181 victorias, solo por detrás de las 224 de Ferrari-, pero para entonces quizás Alonso no monte sobre sus asientos, porque el tiempo sigue corriendo sin síntomas para el optimismo, el que aún se sigue vendiendo: “Tenemos uno de los mejores chasis de la parrilla”, decía Alonso en las jornadas previas a visitar Monza.

Las cinco primeras carreras de la temporada sin puntuar con ninguno de sus dos pilotos fueron augurios de la realidad que acontece. Entonces se registró el peor arranque de la historia de McLaren, que se subió al tren mundialista en 1966. Contemplando la actual clasificación del Mundial de Constructores, la fábrica de Woking presenta 17 puntos (Alonso, 11 -en todo el 2014 aglutinó 181-; Button, 6), un dato que habría que remontarse hasta 1980 para encontrarlo más reducido, con 11 al término de dicha campaña; decir, que McLaren promedia 100 puntos por año desde sus inicios en la F-1. Con 12 carreras expiradas, restan 7 cobayas que son las citas del calendario (Singapur, Japón, Rusia, Estados Unidos, México, Brasil y Abu Dhabi) para cerrar el curso y esto debe ser alentador precisamente por eso, por el margen para el lavado de imagen y la posibilidad de seguir desarrollando el monoplaza de cara a 2016.

Cabe citar que McLaren ha gozado este año, tras la normativa de los nuevos motores introducida formando una nueva era en la F-1 (unidades de potencia V6 de 1600c.c.), de la excepción en el reglamento. Los motores Honda, en su primer año en la F-1, no se deberían de haber podido evolucionar con la temporada puesta en marcha -como sucedió en 2014 con todos los fabricantes-, sin embargo, en pro de la competencia que tanto necesita la F-1, se cedió. La concesión no está implicando rendimiento, y ni mucho menos alternativas a la jerarquía de Mercedes.

Es más, en este aspecto, McLaren ha montado a Alonso nueve unidades de potencia; cuatro más de las previstas para todo el año, según el reglamento. La consecuencia ha desencadenado en otro nuevo récord negativo. En el G.P. de Bélgica, McLaren acumuló con sus dos pilotos 105 puestos de sanción en la formación de la parrilla de salida. En 2015, Alonso suma 85 puestos de sanción y Button, 70.

El prorrateo de puntos por carrera no llega a 1 por piloto. Pero el problema no es solo la falta de competitividad; la cuestión se adereza con ausencia de fiabilidad. Alonso ha abandonado en 5 carreras -promediaba 2,7 retiradas por año y su primer curso en Minardi fueron 8- y Button, en 4. Además, cada uno no ha puntuado en 10 carreras de las 17 disputadas.

Aludiendo al último gran premio, Alonso confesaba, sintomático: “Hicimos estrategias diferentes para cubrir cualquier posibilidad que apareciese”. Dicho de otro modo: McLaren abría su abanico, abarcaba estrategias, para ver si sonaba la flauta. El resultado final del asturiano fue la 18ª plaza, que únicamente se ha dado en 5 ocasiones en toda la historia de la escudería, y con solo cuatro resultados peores, dos decimonovenas plazas y dos vigésimas. Para medir lo sucedido en Italia se puede mirar a Manor, la escudería menos competitiva. Su peor resultado del año es una 18ª plaza, obra de Roberto Mehri.

En definitiva, las pruebas que se han venido realizando en el MP4-30 no han dejado progreso. La paciencia se extingue. McLaren pide la cabeza del responsable de Honda, recoge el Daily Mail; el Telegraph sostiene que el equipo perderá en 2016 a los principales patrocinadores (Banco Santander y Johnnie Walker); Alonso admite barajar alternativas; Button, también; se celebra terminar carreras; sumar puntos desata sueños... Una debacle en toda regla. Y lo que ejerce de colchón en esta estrepitosa caída es que existe Manor, que no ha puntuado.