siempre se ha dicho que cuando las expectativas son muy altas es muy difícil responder a ellas. Tras sorprender en el Giro, por momentos llegando a ser muy superior a Alberto Contador, quien vio como su maglia rosa llego a correr peligro ante los incesantes ataques del corredor de Murgia, las esperanzas depositadas en Mikel Landa para la Vuelta eran muy elevadas. Su gran Giro, donde además del tercer puesto logró dos victorias de etapa, invitaba a que fuese uno de los favoritos en las quinielas para la victoria final.
Landa estuvo más de tres meses parado hasta que volvió a competir tras la carrera italiana. Regresó en la Clásica de San Sebastián, donde logró un discreto resultado. Como preparación para la ronda española disputó la Vuelta a Burgos, donde se pudo apreciar que aún no estaba en buena forma. Fue incapaz de aguantar el ritmo de sus compañeros en la contrarreloj por equipos en la que además se vio envuelto en una caída. Días cruzados. “Este último mes no me terminaba de encontrar bien. Las sensaciones que tuve en Burgos no fueron nada buenas. He llegado a la Vuelta con una incertidumbre que te genera un estrés extra y que al final no he respondido como quería”, explicó Landa en la Cadena Ser.
El domingo, en la Cumbre del Sol, sus aspiraciones de luchar por la Vuelta empezaron a desaparecer. Perdió más de trece minutos. “Llevaba un par de días en los que no me encontraba bien. Y no pude salvar el día. Me quedo con pena de no poder luchar por hacer una buena general”, confesó el ciclista del Astana. Las malas sensaciones se confirmaron en Castellón. Landa volvió a ceder tiempo. Entró en el grupeto, sin prisa, a más de diez minutos del vencedor de la etapa. Ahora deberá buscar nuevos objetivos: tratar de conseguir victorias de etapa y trabajar para Fabio Aru, como ya hizo en el Giro. Landa asume su rol. “Tengo que apoyar a Aru, pero estoy seguro de que tendré mi oportunidad de luchar por una etapa”. El terreno que se presenta a partir de mañana es propicio para Landa. El ciclista alavés tendrá en la etapa de Andorra una buena oportunidad de resarcirse. Descolgado de la Vuelta, con más de veintiséis minutos perdidos en la general, su lucha, ahora, es otra, distinta.
URÁN, al CANNONDALE Por otra parte, Rigoberto Urán se unirá la temporada que viene al conjunto Cannondale. El ciclista colombiano pone rumbo a la escuadra de Jonathan Vaughters tras dos años en el conjunto Etixx. De esta manera, Urán será el líder el conjunto estadounidense para las grandes vueltas.