París - A poco más de una semana de que el pelotón del Tour de Francia empiece a dar sus primeras pedaladas en Utrecht, Chris Froome, uno de los máximos aspirantes a la victoria final y vencedor en la edición de 2013, fue ayer protagonista en el plano extradeportivo al reconocer que se saltó un control antidopaje a comienzos del presente año debido a que, según la versión del corredor, el personal del hotel en el que se encontraba alojado aquel día no dio acceso a su habitación al personal encargado del análisis. En unas declaraciones publicadas en el rotativo inglés The Sun, el ciclista del Sky asume su parte de responsabilidad y apunta que ”debería haber sido más proactivo a la hora de hacer saber al hotel que existe esta posibilidad, que puede ser que me hagan controles y ciertamente he aprendido la lección”. “A principios de año tuve unos días de descanso y me fui con mi mujer a un exclusivo hotel en Italia. La primera mañana que estuvimos allí, las autoridades aparecieron a las 7.00 horas de la mañana para hacerme un control antidopaje”, añadió Froome.

Tal y como se recoge en el Codigo Mundial Antidopaje, el ciclista sería sancionado en el caso de que no se sometiera a tres controles en el plazo de doce meses, algo que no ha ocurrido en el caso del corredor del Sky, por lo que no será castigado. Se da la circunstancia de que, el año pasado, Froome aprovechó las redes sociales para exigir más controles antidopaje fuera de competición en las concentraciones que los ciclistas acostumbran a llevar a cabo en el Teide. “Tres de los mayores aspirantes al Tour están en el Teide y no han pasado ningún control en dos semanas; muy decepcionado”, escribió en Twitter. - I.G.V.