Zumaia - “Hay esperanzas de empezar a jugar pronto. Estoy pensando ya en el partido”, confesaba ayer Oinatz Bengoetxea en la concentración de Asegarce en el Hotel Talasoterapia Zelai de Zumaia. Al delantero de Leitza se le notaba un cambio de gesto, centrado pero dicharachero. Eludir el quirófano y tener tiempo para recuperar el índice de su mano izquierda le ha hecho volver a templar los ánimos y afrontar con ilusiones una final que, hace dos fines de semana, estaba fuera de su alcance. Se rompió la segunda falange del dedo en un entrenamiento con Danel Elezkano el pasado 5 de junio y arrastró las dudas hasta el 8, en el que quedó definida la espera de veinte días para la disputa de la final y la concesión de un aplazamiento de dos semanas para el lei-tzarra. Y los días pasan y el puntillero navarro asume que “el viernes empezaré a calentar un poco, a probar con los dedales y la semana siguiente haré un entrenamiento bueno. La ilusión es que pueda jugar sin mayores contratiempos”.

Así las cosas, el trabajo del pelotari leitzarra viene siendo diario. Su mente está fijada en la zurda. El dedo continúa entablillado e inmóvil, pero a diario trabaja el masaje con diversos métodos y viaja a la clínica Quirón gasteiztarra, que trabaja con Asegarce, para tratarse con el doctor Iñigo Simón. “Estas semanas están siendo movidas. Voy a Gasteiz a diario. Estoy intentando recuperar el dedo poco a poco. Los primeros días los pasé solo pensando en el dedo, pero después ya me centré en la final. No puedo entrenar como quisiera”, certifica el delantero de navarro, quien agrega que tiene “buenas sensaciones”. “Faltan doce días. Si va bien, espero llegar bien aunque no haya podido hacer todos los entrenamientos que quisiera. Aun así, los entrenamientos físicos me siguen manteniendo en la final”, declara Bengoetxea VI.

Por ello, el galeno de la operadora vizcaína también manifiesta que están tratando la mano del delantero con un tratamiento de “hipertermia” para facilitar la cicatrización de la zona dañada. “Se trata de una placa redonda que se utiliza como un ultrasonido y se pasa por el dedo para restañar la rotura. Ayuda a que suelde más rápido, pero no hace milagros”, cuenta el doctor, quien añade que “Oinatz además está trabajando la mano por su cuenta mediante tratamiento con agua caliente con sal, barro...”. De este modo, para el viernes está prevista la primera prueba del manista lei-tzarra. El delantero irá al frontón a tocar pelota, pero, sobre todo, para ir valorando cómo se encuentra la izquierda. De hecho, en la despensa médica de Asegarce ya hay varios dediles de distinta composición que servirán a Oinatz para sujetar el dedo en las pruebas a las que se someta con pelota. “Tenemos cuatro distintos: uno rígido de todo el dedo, otro que se abre por los lados, otro que solo cubre la falange? Y probará un poco con ellos. Está claro que en esta primera toma de contacto va a tener dolor”, sostiene Simón. Volverán a recurrir a material plástico moldeable al calor como en anteriores ocasiones.

Además, en la sesión del viernes aprovecharán para valorar si necesita anestesia para controlar el dolor y cuánta será necesaria. Día de pruebas. Pero la realidad es que los plazos son demasiado cortos y “la operación era necesaria”. Sobre todo, por la utilidad del dedo, aunque más adelante el puntillero será sometido a nuevas pruebas para valorar si tiene que arreglárselo o no para comprobar la funcionalidad.

La experiencia de Aimar “A mí me tocó jugar la final del Cuatro y Medio de 2012 con un dedo roto, dormido, y no se nota ningún dolor”, sostiene Aimar Olaizola, que tiene previsto acudir hoy mismo al frontón Bizkaia para realizar un entrenamiento importante ya con la mente puesta en la cita del próximo domingo, para la que aún quedan entradas. “No me importa esperar, pero sí que ha cambiado un poco los planes que teníamos. No pasa nada”, analiza el goizuetarra, quien valora de forma positiva su encuentro del pasado sábado: “Lo que importaba era vestirse de blanco y continuar con el ritmo de competición para no tener que estar un mes sin jugar ningún partido”.