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Cuando el C.D. Vitoria retumbaba en Vitoria

Uno de los clubes decanos del fútbol alavés celebra estos días su efeméride con un nuevo ascenso a Tercera División, el noveno en su historia

Cuando el C.D. Vitoria retumbaba en Vitoria

vitoria - Hubo un tiempo donde la Vitoria deportiva retumbaba mucho más allá de su provincia. Amparada en el ejercicio como motor para el desarrollo físico y espiritual del alma -proclamas éstas que siempre manejó con vehemencia la propaganda del Movimiento- forjó una cultura socio deportiva que marcó una época y, desde luego, dejó huella. Las instalaciones del Estadio, que hace unas semanas celebraron su 55 aniversario, fueron un ejemplo más que palmario del poder que la provincia tenía en comparación con su entonces puebleril tamaño. Por increíble que pudiera parecer, aquellos días Vitoria era capaz de disputar el trono de honor de las capitales deportivas del país a metrópolis como Madrid o Barcelona por una poderosa razón: el ánimo altruista de aquellas primeras generaciones de directivos, que siempre dotaron a cada unos de los proyectos de una singularidad especial. Así se explica, por ejemplo, que entidades como el Club Deportivo Vitoria adquiriesen rango casi de ley en el panorama deportivo nacional. De aquella aventura que germinó en el epílogo de la Segunda Guerra Mundial se cumplen estos días 70 años, una efeméride por la que el pasado 28 de abril recibió la Medalla de Oro de Álava, el máximo galardón que anualmente entrega la Diputación y que en esta ocasión hizo extensivo a otros nueve clubes alaveses con una trayectoria similar a sus espaldas. Fueron el Alipendi (1926), el Laudio (1927), el Aurrera (1935), el Amurrio (1949), el Nanclares (1960), el Abetxuko (1962), el San Ignacio (1964), el Salvatierra (1964) y el Racing de Santo Domingo (1964).

A este tardío reconocimiento por parte de la sociedad alavesa se sumó el pasado fin de semana otro regalo inesperado para la entidad como el ascenso a Tercera de su equipo de Regional Preferente, el noveno a lo largo de su historia, que ponía la guinda a una “gran temporada” donde los comienzos estuvieron marcados por las dudas propias de un equipo nuevo y un cuerpo técnico -encabezado por Joseba Pérez- al que le costó entrar en dinámica positiva. El trabajo, sin embargo, comenzó a tener un retorno favorable y conforme avanzó el curso el equipo de franja roja se consolidó en las primeros puestos de la tabla. Un escenario que no abandonó hasta el pasado fin de semana, cuando a falta de dos jornadas logró de forma matemática el ansiado ascenso a Tercera, una categoría maldita para el fútbol alavés en la que el Vitoria, en concreto, apenas ha sido capaz de sobrevivir más allá de una temporada en sus últimos dos ascensos. Le ocurrió en la 2006/07, donde terminó colista, y también en la campaña 2010/11, en la que después de ascender tras una magistral temporada en la que no perdió ni un solo partido -fue el único club que lo logró en todas las categorías del fútbol nacional- perdió la categoría apenas doce meses después. Ahora, con el sabor del éxito aún reciente, el reto de la nueva junta directiva que encabeza Jorge Ríos trabaja para diseñar un equipo lo suficientemente competitivo no ya para mantener la categoría sino para tratar de competir con lo siempre correosos conjuntos de Gipuzkoa, Bizkaia, amén de los hermanos alaveses con los que se verá las caras en los próximos meses, el Alavés B y el Aurrera.

un club frenético Será, sin duda, el mayor de los homenajes que este club alavés podría recibir en sus 70 años de vida. Conscientes de que recuperar el glorioso pasado es imposible, sí se espera al menos que la entidad recupere con el tiempo algunas de las señas de identidad que lo hicieron grande, sobre todo las que formaron parte del adn del club en sus primeros 25 años de vida (1945-1970), sin duda la etapa más brillante de la entidad. Presidentes como Julián Donnay, Francisco Sagasti, Jacinto Fernández Ugarte, Jesús Carrascosa, Valentín Fernández de Matauco, Francisco Javier Ortiz de Zárate, Teodoro Olasolo o José Luis Menoyo ayudaron en este periodo a tejer en Vitoria una imparable red de contactos y conocimiento que de forma altruista supieron enfocar hacia el deporte, convirtiendo al club en un referente a nivel estatal. Ayudados entonces por un hombre de peso en Álava como Javier Cameno, periodista de Radio Vitoria que durante varios años ejerció de secretario, el Vitoria no solo tuteó en el fútbol vasco al Deportivo Alavés -se proclamó también campeón de la Copa de Guipúzcoa- sino que extendió sus tentáculos a otras modalidades como el baloncesto -aún hoy se recuerda la labor de Xabier Añua con pupilos como Txema Cobas, Guereñu o los hermanos Pinedo que llegaron a Primera división-, el atletismo, la montaña, el balonmano, el boxeo, el tenis o el tenis de mesa, además de complicarse la vida también organizando festivales taurinos o grupos de danzas vascas como el Lantzale.

Tal era la efervescencia que en esos primeros 25 años generaba el club cada día que su estructura -amateur y altruista- estaba formada por unos 50 directivos, recuerda Javier Ortiz de Zárate: “Contábamos con las mejores personas y directivos para cada sección y eso era una fuerza imparable”. Corrobora sus palabras su buen amigo Cameno, para quien el “espíritu casi de familia y humildad” que siempre imperó en las diferentes sedes que tuvo el club -desde la del Café del Norte hasta la de Correría- sirven para explicar hoy las metas y los retos que se consiguieron. “Un tiempo glorioso, advierte, que ya nunca volverá”.

1945/46. Compite por primera vez bajo el nombre de Armentia y Corres, por estar impulsado el club por trabajadores de aquella empresa.

1947/48. El club cambia de nombre y adquiere el de Club Deportivo Vitoria.

1955/56. Se proclama campeón de Liga de 1ª Regional, asciende a Tercera división y gana la ‘Copa Guipúzcoa’.

1960/61. Logra la mejor clasificación de la historia del club: subcampeón de Tercera, disputa la promoción de ascenso a Segunda, siendo eliminados por el Burgos.

Años 70. Continúa la expansión del club con la consolidación de numerosas secciones deportivas.

2006/07. Tras el descenso de categoría años atrás se regresa a Tercera, aunque solo dura un año.

2010/11. Vuelve a subir a la categoría de bronce sin perder un partido pero apenas aguanta una temporada.

2014/15. Protagoniza el último ascenso a Tercera división.