Si algo parece haber dejado claro el Gran Premio de China de Fórmula 1, disputado el domingo en Shanghái, es que mientras Mercedes parece conservar la supremacía tecnológica que mantiene desde 2014, y Ferrari le sigue a la zaga pero sin alcanzarle, el McLaren de Fernando Alonso crece tranquilo. Demasiado, tal vez. Ajeno ya a los esfuerzos de su antigua escudería por acercarse a Mercedes, y cansado, como dijo en Shanghái estos días, de haber terminado tres temporadas segundo en cinco años, sin un solo título desde su segundo Mundial, en 2006, el asturiano se muestra más relajado que nunca, mientras su MP4-30 mejora día a día.

Es cierto que el monoplaza que McLaren está preparando, en el primer año de su reanudada colaboración histórica con Honda para los motores, está aún en el inicio de su desarrollo y que su laboratorio de pruebas está siendo el Mundial de 2015, pero su proyecto avanza con la mira puesta en desbancar a Mercedes en 2016. “Hay que mejorar en todos los aspectos”, dijo Alonso tras la carrera. “Tenemos que ser más y más consistentes, mejorar en la crono para salir más adelante, en motor, en aerodinámica y hacernos también con el coche, ya que, como digo, es la primera vez que hago más de 22 vueltas seguidas, y tengo que sacarle mucho más”, admitió.

Alonso acabó remontando seis puestos, para ser duodécimo con un coche que aún está conociendo. Es cierto que le favoreció el poder adelantar al venezolano Pastor Maldonado (Lotus) y a su compañero en McLaren, Jenson Button, durante el incidente que ambos tuvieron al inicio de la vuelta 50 de la carrera, lo que le permitió avanzar dos posiciones más, pero además Alonso, que había salido decimoctavo, logró su meta del día: “Intentar acabar y coger un poco de experiencia”.

En McLaren se estima que, aunque en unas carreras sus coches podrían llegar a ser capaces de pelear de verdad por los puntos, a los podios no podrán acercarse probablemente hasta final de año, aunque su proyecto aspira a ser capaz de “construir algo exitoso” para 2016, según adelantó su director deportivo, Éric Boullier. “Ahora es el momento de que disfruten otros, pero ojalá pronto sea el momento de disfrutar para mí”, avisó Alonso, que quitó hierro a la victoria puntual del alemán Sebastian Vettel (Ferrari) hace dos semanas en Malasia, cuando ayudado por el calor subtropical de Sepang que ralentizó a los Mercedes, logró superarles y se alzó victorioso.

Como declaró el propio Alonso, por ahora en Ferrari “me están ganando a mí, pero no a Mercedes, lo que al final es mi verdadero objetivo”. “Podría haber seguido dos años más allí (en Ferrari) y acabar segundo dos años más, pero pensé que eso no era suficiente, pensé que era mejor arriesgar”, explicó Alonso quien apostó por McLaren para tratar de volver a ser campeón del mundo.