Vitoria - Jon Rahm tiene claro que dentro de unos años puede estar en la cima del golf mundial. Desde el simple golpeo hasta cómo encauzar su formación académica, todo está pensado para llegar a ser el número uno. El camino es largo y las horas de trabajo numerosas, pero día a día este joven que está federado por Álava y que forma parte del club Larrabea avanza tenaz hacia su objetivo. Siempre sin salirse de su hoja de ruta para llegar al Olimpo del golf. Los resultados le avalan -campeón estatal en todas las categorías y ganador del Campeonato del Mundo Amateur- y ya ha empezado a deslumbrar en los Estados Unidos, lugar al que decidió acudir para estudiar en la universidad de Arizona State con una beca y seguir formándose como golfista. A principios de febrero, Rahm deslumbró al golf mundial en el Waste Management Phoenix Open. El joven vasco acudió como invitado al torneo celebrado en Scottsdale y, pese a batirse con profesionales, terminó en quinto lugar. “Una semana muy especial. Fue algo muy diferente a lo que estoy acostumbrado y me lo pase genial. Luego, no esperaba que me iba a cambiar tanto la vida a nivel mental ya que me sirvió para darme cuenta de que soy mucho mejor jugador de lo que pensaba”, cuenta Rham, que pese a su sorprendente resultado, reconoce que se le quedó una pequeña espina clavada: “No estaba acostumbrado a algo así y empecé muy nervioso. Luego decidí empezar a disfrutar y comencé a jugar a buen nivel, por eso me queda la cosa de que podía haber ganado ese torneo”.

Aun así, el golfista de la universidad de Arizona State no tiene pensado cambiar sus planes por el buen resultado. Primero la carrera y luego el profesionalismo. “Aita y ama ya me dejaron claro hace mucho tiempo que una carrera hay que tener, además, el PGA Tour no va a ir a ningún lado”, declara. Además de la formación académica, hay muchos otros factores que hacen que Rahm haya decidido seguir como amateur. “Todo el mundo puede tener una buena semana. El Alcorcón también le ganó al Real Madrid una vez, eso no demuestra que sean mejores. Puede que mi juego esté bien, pero yo ahora mismo ni quiero ni me veo preparado”, afirma Rahmbo, que no quiere saltarse etapas para cumplir su sueño.

El torneo celebrado en Phoenix y sus actuaciones durante este año han hecho que Rahm cada vez vea más cercano su reto. Ser número uno del mundo es algo complicado, pero ya no es una utopía. “Hay dos razones que me hacen pensar que puede ser posible. Primero, cómo he jugado esta semana, y luego, en el ranking amateur estoy el segundo, cerca del primero. Cada día estoy creciendo y me estoy demostrando que puedo aguantar a este nivel todo el año. Además, muchos de estos jugadores serán mis rivales como profesionales en el futuro y si sigo aumentando mi nivel algún día creo que podré llegar al número uno”, comenta el golfista de Barrika.

Golf En Euskadi Rahm ha vivido más de una realidad en el mundo del golf. El barrikoztarra no solo ha disputado torneos al otro lado del Atlántico y ha vivido su brillo, también conoce de primera mano la situación que se vive a nivel estatal. “En Estados Unidos hay 30 millones de federados y en España 300.000. Al final, en cada torneo hay muchos más jugadores y siempre hay 25 o 30 jugadores que si tienen un buen día pueden ganar”, explica Rahmbo. Unas diferencias que aumentan a la hora de mirar al territorio vasco. “El golf es complicado para jugar en Euskadi, con todo lo que llueve y, al jugarse al aire libre, es complicado engancharse a él. Tampoco hay muchos campos y a poca gente le gusta ir a jugar cuando está lloviendo y hace frío”, declara el joven, que a pesar de todo opina que la situación del golf está “creciendo”: “Cada vez hay más interés. Lo que creo es que en los últimos años ha faltado un referente, como en su día fue José María Olazabal o Seve Ballesteros, que es de Santander y está cerca. Tener a gente de ese nivel ayuda a engancharse”. Un vacío de jugadores de nivel que él sueña con llenar en un futuro que cada vez se asoma más cercano.