ATENAS - Vuelve el fútbol a Grecia. Pero sin aficionados. El Gobierno de Alexis Tsipras aceptó ayer la reanudación de la liga a puerta cerrada, después de que fuera suspendido la pasada semana por tercera vez esta temporada con el objetivo de tomar medidas contra la violencia, que tuvo su punto álgido en el derbi Panathinaikos-Olympiacos, cuando, durante el calentamiento, saltaron al césped más de medio centenar de radicales. Stavros Kontonis, ministro de Deportes, dio la autorización para que vuelva disputarse el campeonato.

La decisión llegó un día después de la solicitud cursada por el presidente del campeonato, Giorgos Borovillos, para la reanudación de la competición: “Pedimos de forma unánime al ministro de Deportes continuar el campeonato con el objetivo de mostrar que nadie desea que la violencia contamine nuestro fútbol. La respuesta a la violencia es nuestro compromiso. Pero nada va a cambiar apretando un botón. Hay que trabajar”. Entre las medidas propuestas para combatir la violencia figuran la instalación de la venta de entradas mediante sistemas electrónicos, cámaras de seguridad en los estadios, severas sanciones contra los aficionados que causen problemas, prohibir los movimientos organizados de grupos y la posibilidad del árbitro de interrumpir los partidos en caso de lanzamiento de proyectiles o invasión del terreno de juego.

Sanciones de la uefa La Comisión de Control, Ética y Disciplina de la UEFA, por su parte, decidió ayer cerrar parcialmente el estadio del Dinamo de Kiev, por los incidentes de público en el partido de la Liga Europa frente al Guingamp, y multar con 10.000 euros al Roma por los altercados en el encuentro en el campo del Feyenoord. - K.Txakartegi