las vegas- La mayoría le ha colocado ya la etiqueta de combate del siglo y hay quien ha ido incluso más allá y lo ha calificado como la Super Bowl del boxeo, atendiendo a la magnitud de las cifras que la pelea moverá en la parcela económica y a la atención mediática que ha levantado en un deporte muy alejado de la expectación que décadas atrás despertaban los enfrentamientos entre los grandes campeones. Sea como fuere, la pugna entre el estadounidense Floyd Mayweather Jr. y el filipino Manny Pacquiao acordada para el 2 de mayo en el hotel MGM Grand de Las Vegas con tres títulos del peso welter en juego -el primero ostenta los del Consejo Mundial (CMB) y la Asociación (AMB) y el segundo el de la Organización Mundial (OMB)- ha sido calificada ya como la más lucrativa de la historia y, a falta de concretar aún infinidad de detalles, supone la cristalización de un viejo anhelo del mundo del boxeo. Y es que las negociaciones para que los considerados mejores púgiles de los últimos años crucen guantes dentro del cuadrilátero datan del año 2009. Un año después, las conversaciones se rompieron por no llegar ambas partes a un acuerdo sobre los controles antidopaje a realizar, dando incluso lugar a una demanda por difamación de Pacquiao sobre Mayweather. Tampoco en 2012 pudo ser. Entonces fue por el reparto de las ganancias resultantes del combate el punto de la discordia. El acuerdo actual tampoco ha sido sencillo y ha precisado de muchos contactos por parte de los séquitos de ambos púgiles, quienes incluso se dejaron ver juntos en público siguiendo un duelo entre los Miami Heat y los Milwaukee Bucks en asiento de cancha el pasado 27 de enero. El contrato resultante, con concesiones por ambas partes, ha sido limado al detalle para que nada quedara al azar e incluso ha recogido que la potestad para anunciar públicamente la celebración del combate correspondía a Money Mayweather, quien debía avisar una hora antes de hacerlo a Top Rank, la promotora de Pacquiao. Nada podía quedar al azar porque, más allá de un evento deportivo de primer orden, el nuevo combate del siglo será una máquina de hacer dinero. Y es que además de pelear por la unificación de títulos, ambos boxeadores tendrán ante sí la mayor bolsa garantizada de la historia de este deporte: 250 millones de dólares, llevándose el 60% el estadounidense -el deportista que más dinero ganó el año pasado, según Forbes- y el 40% restante el filipino. De hecho, solo han pasado unos días desde el anuncio de la pelea y a su alrededor se ha empezado ya a formar una mareante avalancha de cifras. Se da por hecho que será el combate que más dinero recaude, 40 millones de dólares, por la venta anticipada de entradas, pues se espera un lleno completo en el MGM, con capacidad para casi 17.000 espectadores, con precios que oscilarán, sin tener en cuenta la reventa, entre los 1.000 y los 5.000 dólares, duplicando prácticamente la anterior marca de 20 millones resultante del enfrentamiento entre el propio Mayweather y Saúl Canelo Álvarez en septiembre de 2013. Atendiendo a estos precios, a los asistentes no les asustará tener que pagar 30 dólares por una cerveza, 50 por una hamburguesa o que el precio medio de una habitación para esa noche en este lujosísimo hotel haya pasado de 190 a 705 dólares.

Derechos televisivos Esto último no es asunto baladí si se tiene en cuenta que el MGM Grand es el segundo hotel del mundo con mayor número de habitaciones (6.852) superado solo por el complejo que forman el Venetian y el Palazzo (7.117 ). Además de asuntos como el reparto de la bolsa o los controles antidopaje -finalmente se someterán a análisis al estilo del boxeo olímpico- el otro gran caballo de batalla para la celebración de este combate ha radicado en los derechos televisivos. Showtime tiene bajo contrato a Mayweather y HBO posee los derechos de las peleas de Pacquiao, por lo que ha habido mucha tela que cortar. Finalmente, este será el primer combate que ambos gigantes de la televisión estadounidense produzcan y retransmitan de manera conjunta desde que en junio de 2002, dentro de la categoría de los pesos pesados, se enfrentaran ni más ni menos que dos mitos como Lennox Lewis y Mike Tyson. Según las previsiones, se espera que el combate se vea en tres millones de hogares de Estados Unidos en formato pay per view con precios que oscilarán entre los 100 dólares para una retransmisión normal y 120 en alta definición. El récord de pinchazos televisivos en un combate de boxeo lo tiene un duelo entre Mayweather y Óscar de la Hoya, con 2,4 millones.