La pasada temporada Luis Suárez (Salto, Uruguay, 1987) anotó con el Liverpool 31 goles en 33 partidos ligueros y ganó, al alimón con Cristiano Ronaldo, la Bota de Oro que acredita al mejor anotador del fútbol continental. Además ofreció doce asistencias de gol, convirtiéndose en la pieza fundamental para que los reeds estuvieran a punto de ganar la Premier League, torneo que se le resiste al equipo de Anfield desde hace 25 años. Todo un alarde de rentabilidad, y eso que tuvo que cumplir seis de los diez partidos de sanción impuestos por la Federación Inglesa por arrearle en la temporada anterior un mordisco al defensa serbio Ivaniovic en el transcurso del Liverpool-Chelsea de la trigésimo cuarta jornada.
El atacante charrúa daba otro paso a su excelente carrera futbolística, la confirmación absoluta para uno de los jugadores más eficaces del mundo. El Barcelona apostó decididamente por él y pagó 81 millones al Liverpool armando así la delantera más temible del universo futbolístico: Lionel Messi, Neymar y Luis Suárez.
De la confluencia de estos tres ases del balompié se han beneficiado la estrella brasileña y el genio argentino. Sin embargo, paradójicamente, Suárez es un lamento casi constante. En los doce partidos ligueros que ha disputado tan solo anotó dos goles. Tardó 577 minutos en perforar la portería contraria desde su debut en la Liga estatal el pasado 25 de octubre, en el Santiago Bernabéu (3-1), en la novena jornada. Y lo hizo ante el Córdoba (5-0), el 20 de diciembre, en la decimosexta jornada, recibiendo la ovación de un Camp Nou entregado.
Fue su segundo gol con la camiseta azulgrana. El primero lo había conseguido un mes antes, ante el APOEL chipriota, en la Liga de Campeones, en el que fue su sexto encuentro defendiendo la zamarra azulgrana.
La semana pasada, en una entrevista concedida a Catalunya Radio, el atacante uruguayo explicaba así las razones de su sequía: “Lo que me está pasando es que en vez de actuar por instinto, como hacía normalmente, he intentado asegurar demasiado. He dudado y por eso he fallado algunas ocasiones claras. Trataré de recuperar el instinto”. “Sé que vine a hacer goles al Barça pero no estoy preocupado. Me siento importante en el equipo más allá de los goles”.
Probablemente Suárez realizó un atinado auto diagnóstico si nos atenemos a las estadísticas de su fabulosa temporada anterior, con el Liverpool. De los 31 goles que anotó en la Premier diecinueve lo fueron recibiendo. Tres con el pie izquierdo, trece con el derecho y otros tres de cabeza. Es decir, al toque, siguiendo los instintos de una fiera, de un despiadado depredador del área.
En la misma entrevista, Suárez advierte sobre el otro aspecto que ha marcado a fuego su trayectoria: la agresividad, otrora casi incontenible. “Mi carácter de ir a pelear todos los balones no me lo va a cambiar nadie, pero sí voy a discutir y pelearme menos con los rivales. Ahora trato de hacer amistad con ellos para no entrar en su juego. Trato de evitar discusiones, agarrones? Pienso que me van a venir a buscar e intento no polemizar. Sé que puedo salir malparado después de lo que me pasó”.
el mordisco mundialista Y lo que le pasó forma parte de los acontecimientos ocurridos en el pasado Mundial de Brasil, con su archifamoso mordisco al defensa Giorgio Chiellini durante la disputa del Uruguay-Italia en la fase de grupos. El castigo que le impuso la FIFA fue ejemplarizador, hasta el punto de que se le prohibió la entrada a cualquier estadio de fútbol. Fue literalmente desterrado, tratado como a un apestado. Ni tan siquiera entró a formar parte de los 23 candidatos propuestos para el Balón de Oro, obviando al considerado mejor jugador de la Premier. A la Bota de Oro europea. Despreciando a un futbolista que, sobre todo, atesora una enorme clase.
El recurso interpuesto por la Federación Uruguaya y por el Barça, que ya había concretado su fichaje, dejó finalmente la sanción en cuatro meses sin poder disputar encuentros oficiales con el equipo blaugrana y 9 partidos sin jugar con la selección charrúa.
Su lado oscuro contempla otro mordisco en la carne magra del jugador contrario, cuando formaba parte del Ajax. Ocurrió el 20 de noviembre de 2010, en un encuentro ante al PSV. Suárez hincó sus dientes en el cuello a Bakkal. El árbitro no lo expulsó, pero su club le impuso dos partidos de sanción y multa, antes incluso de que la Federación Holandesa, tras revisar las imágenes, le castigara con siete partidos de sanción. Además, ya en el Liverpool, fue suspendido con ocho encuentros por insultos racistas a Evra en la temporada 2011-12.
Los psicólogos buscaron razones, hasta enraizar su atolondrado comportamiento con una infancia de niño pobre; en una familia desestructurada por el abandono del padre.
Ahora, al parecer, los defensas rivales se han quedado sin un eficaz argumento de combate: la probabilidad de desquiciar a Luis Suárez.
La fiera está dormida. Ni intimida con sus goles ni entra al trapo en las provocaciones. Tan sólo lleva una tarjeta amarilla.
En ello tiene mucho que ver Sofía Balbi, su mujer, una chica rubita, burguesa, de la que se enamoró perdidamente a los 13 años. Pero la familia de Balbi emigró a Barcelona y él prometió ir en su búsqueda utilizando su gran virtud, el fútbol. Le captó el Groningen, demasiado lejos de su amor. Pero Balbi se trasladó a la ciudad holandesa y Luis recuperó la ilusión, lanzando su carrera al estrellato.
Apenas marca, que para eso se le contrató, pero lleva diez asistencias de gol. Otra de sus grandes virtudes. Por eso el Camp Nou aguarda, paciente, a la fiera.
Nacional de Montevideo. 2005-06: 12 goles en 35 partidos. Ninguna asistencia de gol. Promedio goleador: 0.34%
Groningen. 2006-07: 15 goles en 37 partidos. 6 asistencias. Promedio goleador: 0.41%.
Ajax de Amsterdam. 2007-08: 22 goles en 44 partidos y 14 asistencias. Promedio goleador: 0.50%
2008-09: 28 goles en 43 partidos y 19 asistencias. Promedio goleador: 0.65%
2009-10: 49 goles en 48 partidos y 24 asistencias. Promedio goleador: 1.02%.
2010: 12 goles en 24 partidos y 11 asistencias. Promedio goleador: 0.50%
Liverpool. 2010-11: 4 goles en 13 partidos y 5 asistencias. Promedio goleador: 0.31%.
2011-12: 17 goles en 39 partidos y 11 asistencias. Promedio goleador: 0.44%
2012-13: 30 goles en 44 partidos y 13 asistencias. Promedio goleador: 0.68%.
2013-14: 31 goles en 37 partidos y 15 asistencias. Promedio goleador: 0.84%.
Barcelona. 2014-15: 5 goles en 18 partidos, repartidos en 2 goles en la Liga, 1 en la Copa y 2 en la Liga de Campeones. 11 asistencias (8 en Liga, 2 en Copa y 1 en Champions). Promedio goleador: 0.29%.
Total en su carrera. 225 goles en 383 partidos, 129 asistencias. Promedio: 0.59%.