GASTEIZ - Valero Rivera (Zaragoza, 1953) fue proclamado mejor entrenador de la década de los 90 cuando dirigió a un Barcelona que lo ganó todo. No se conformó y se puso al frente de la selección española. Con ella se proclamó campeón del mundo en 2013, pero tampoco se conformó. Así que aceptó la oferta de dirigir a Catar con el encargo de conseguir un buen equipo. Y, tras una Copa de Asia y unos Juegos Asiáticos, este técnico hizo que el país árabe fuera el primer conjunto asiático en lograr una plata mundial. Casi nada. Por ello, no quiere hablar de la polémica de los ocho nacionalizados de su actual selección, cree que la presea colgada en su cuello habla por sí sola.

Felicidades por la plata, ¿cambia su sabor con el paso de los días?

-Muchas gracias. Cambia a mejor al pensar en la gente de Catar, que merecía una alegría de este calibre porque están trabajando en el deporte desde hace tiempo y ya era hora de que obtuvieran una recompensa.

Ha logrado llegar a dos finales mundialistas consecutivas con dos selecciones diferentes. ¿Es consciente de lo que ha hecho?

-He sufrido mucho para conseguirlo, he trabajado mucho y por ello estoy muy feliz. Pero sobre todo estoy feliz porque esta gente lo merecía, en Catar se ha hecho mucho por el balonmano.

¿Llegar a la final con Catar es lo más difícil que ha hecho?

-No lo sé, pero es muy grande jugar la final de un Mundial con Catar porque ya se vio el ambiente que hubo en la grada. La Federación trabaja muy bien y el presidente es un genio. Entonces pudimos trabajar como un gran equipo donde el objetivo era disfrutar de un Mundial que se celebraba en casa.

No para de repetir que en Catar se apoya mucho el deporte. ¿Es un tirón de orejas por lo que está ocurriendo aquí, donde los profesionales tienen que emigrar?

-No, no, en absoluto. Solo hablo de lo que estoy viviendo aquí, de lo que se disfruta el deporte en Catar, de lo que se respeta. Hablo de lo bien que se trabaja aquí, para nada es un tirón de orejas. De la Federación Española solo puedo decir que fueron cuatro años maravillosos.

Muchas veces ha dicho que el equipo de Catar se parecía más a un gran club que a una selección. ¿Por qué?

-Es cierto. En Catar el balonmano se vive de otra manera, lo primero siempre es el equipo nacional. La prioridad es la selección y luego hay una liga de clubes. Ese es el orden. No es lo mismo que una selección europea donde solo tienes tres o cuatro semanas para preparar una cita mundialista y solo puedes concentrarte tres o cuatro veces a lo largo del año.

¿Cuál ha sido el partido más complicado de este mundial?

-Todos han sido complicados, pero me quedo con los dos únicos partidos que no hemos conseguido ganar: España y Francia. Al final solo hemos perdido contra la excampeona mundial y contra la única selección que ha conseguido cinco estrellas.

El partido contra España además tuvo el aliciente de que le enfrentaba a su hijo. ¿Cómo fue la experiencia?

-Tuve sensaciones encontradas porque me alegraba cuando marcaba goles, que además marcó unos cuantos, porque aunque los estuviera marcando a mi equipo, ante todo soy padre. Primero soy padre y después entrenador. Pero fue una situación que no me gustaría repetir, no me sentí cómodo.

La plata empezó con una victoria ante Brasil en el partido inaugural. ¿Le suena lejano?

-Tan lejano no porque sabíamos que si perdíamos teníamos complicado pasar a la siguiente fase y si ganábamos cogíamos confianza para afrontar el Mundial y eso es lo que pasó. Conseguimos ganarles de más cinco, algo que ningún otro equipo consiguió y eso nos dio mucha fuerza para ir a por todas.

Al final fueron segundos de grupo y de lleno en las eliminatorias. ¿Cómo recuerda ese momento?

Fue complicado. Sufrimos contra Austria y ganamos, sufrimos contra Alemania y ganamos, sufrimos contra Polonia y ganamos. Sabíamos que si ganábamos a Austria estábamos entre los ocho mejores, luego contra Alemania estábamos entre los cuatro mejores y si ganábamos a Polonia el premio era la final del Mundial. Fuimos de menos a más.

Y la final contra la gran Francia. ¿Tan buenos son?

-Francia es todopoderosa, pero estuvimos metidos en el partido hasta el final. Comenzamos mal, muy descentrados y contra Francia lo pagas. Luego hicimos un parcial favorable, lo que no es fácil, pero se nos fueron de seis y ya fue imposible cogerles. Pero estuvimos ahí, no se lo pusimos fácil.

¿ Después de esta plata seguirá con Catar?

-Estamos hablando, me siento muy querido aquí, muy respetado, entonces lo lógico es seguir. Desde luego nunca imaginé que podía estar tan feliz como puedo estar aquí, tan lejos de casa. Es una de las mejores decisiones que he tomado.