¿Cuántas veces le han preguntado si jugaba en categoría de veteranos?

-Bueno, últimamente cada vez más. Aunque más que eso, me dicen a ver cuándo lo voy a dejar. Aunque yo creo que es un tema de verte tú todavía competitivo, bien y que sigas disfrutando. No es nada más. Sí es verdad que quizás son deportes que te permiten continuar más en activo no solamente por las propias características del deporte sino también por tratarse de una modalidad minoritaria. Si hubiese mucha más gente apretando por detrás seguro que no haría falta que tú te retirases porque ya se encargarían de sacarte.

¿Y cuándo lo va a dejar entonces?

-Pues poco me queda ya. Tengo algún tema físico que me está dando un poco de guerra y lo primero es la salud. Es verdad que cada vez el cuerpo le sigue menos a la cabeza pero a cierto nivel me sigo viendo bien y no me importaría continuar algo más. No me gusta dejar las cosas drásticamente, así que iré marchándome poco a poco.

¿Qué sucede con los jóvenes?, ¿no hay relevo?

-Yo creo que es un tema que no tiene que ver sólo con la paleta. Se trata de una problemática generalizada en muchos deportes minoritarios y en la que influye también el territorio. En Álava, por ejemplo, la forma en cómo está estructurada te lleva a que en Vitoria haya una diversidad y una oferta grandísimas de deportes que hace complicado acceder a los chavales porque hay mucha saturación. Sin embargo en otros sitios hay pueblos más grandes en los que el chaval se puede desarrollar durante tiempo y es más fácil que ciertas actividades puedan coger fuerza. Así se ve que en muchos deportes el poder no está en las capitales sino en esos pueblos. Y la pelota es un ejemplo claro.

¿La situación es tan difícil como parece?

-Es complicada. Yo llevo oyendo que la pala y la pelota en general no tienen buena salud en Álava desde que llegué hace más de veinte años. Y miras los números y los datos de practicantes y los problemas están ahí. Por otro lado, la pelota vasca tiene, en mi opinión, en una de sus riquezas también uno de sus problemas. No es una modalidad, tiene diferentes disciplinas, dentro de cada frontón diferentes modalidades... y se quiere tener de alguna manera todo arriba. Pero eso es imposible. Si de pelota estuviésemos hablando por ejemplo de la paleta cuero, ese deporte podría evolucionar, crecer como deporte moderno e igual ir hacia arriba. Entonces, claro, a la pelota tenemos que quererla como es, con sus problemas y sus virtudes. Se pueden hacer muchos planes estratégicos, horas de debate, darle mil vueltas a las cosas pero al final el día a día es el que marca lo que hay.

Para jugar a pala es importante usar bien las dos manos, ¿en la vida también es necesario manejar bien ambas?

-Pues sí, yo suelo decir que tener mano izquierda y buena cintura te sirve mucho en la vida. Al final te toca afrontar situaciones difíciles, alegres, tristes y, como el deporte en general, te ayuda a saber llevarlas.

Después de más de veinte años en Vitoria, ¿guipuzcoano o alavés?

-Mira, yo antes no creía mucho lo de los tópicos de cada territorio pero conforme me ha ido tocando trabajar en diferentes ámbitos y relacionarme con la gente sí que he comprobado que es verdad que hay diferencias. En cien kilómetros a la redonda ves personalidades diferentes y siempre he dicho que desde el ámbito deportivo y en cuanto a personalidad no me identifico con el alavés. Lógicamente ahora soy alavés, mi mujer es alavesa y estoy encantado en Vitoria, donde llevo más de media vida pero en cuanto a personalidad y compromiso de la gente me identifico más con el guipuzcoano.

¿Si tiene que elegir entonces entre un menú de sidrería y una alubiada?

-No tengo ninguna duda, me voy para Gipuzkoa. Para comer me voy para allá. De hecho me encanta la comida, estar con la familia y los amigos y disfrutar de esos momentos.

Es bombero, ¿cuál ha sido la intervención más rara que le ha tocado hacer?

-Algo fresco y de las últimas semanas, tener que cortarle una esposa a una chica. Le habían esposado, tuvo una crisis de ansiedad y en el trajín de ese momento al ertzaina se le rompió la llave. Fue un tema delicado, dentro de una ambulancia, con poco espacio... y te las tienes que apañar como puedes. Al final tuvimos que cortar con una pequeña sierra metálica porque de otra manera le hacía mucho daño. Muchas veces haces una función social que está muy bien y que te hace tener que aprender y conocer muchos mundillos. Pero bueno, me gustaría también que hubiera más de acciones importantes de accidentes o fuegos que es lo que te sitúa como bombero aunque, lógicamente, sin daños personales. Que haya marchilla pero sin consecuencias importantes.

Ahora que se acercan las Navidades, ¿le veremos en un calendario sin ropa?

-Imposible. Es algo que no te creas que me agrada mucho, porque creo que se frivoliza demasiado en cuanto al oficio. Aunque es verdad que puede haber finalidades muy interesantes. Si es por algo humanitario o por ayudar a alguien con un problema concreto podría pensármelo pero sacar calendarios tipo como nuestros vecinos vizcaínos cuya primera finalidad no tiene ningún tipo de relación con eso desde luego que no. Se frivoliza mucho y parece que para ser bombero tienes que ser un tío bueno cuando para mí, muchas veces, es lo más alejado de la realidad. Te puedes encontrar con profesionales buenísimos con muchos conocimientos en otras muchas materías que no sean levantar unos discos y tener unos abdominales perfectas. No se trata de eso.

¿Qué le pasa a la Real?

-Mira, no soy demasiado forofo. Me gusta chincharles, a los de aquí también, y crear un poco de salsilla. Eso me encanta. Pero no soy fanático de ningún deporte. Me gusta el deporte, me encanta, y cada vez más el delicatessem. Lo que igual no he podido disfrutar antes, ahora me gusta ir a ver lo que merece la pena. A la Real ahora mismo la veo un poco en un momento de impasse. Igual ahora sin competición europea puede encontrar, con el entrenador nuevo, una dinámica en la que pueda ir poco a poco hacia arriba. Y desde luego intentar pelear por entrar otra vez en la Europa League, que es un poco lo que todo el mundo quiere. Lo que ocurre es que luego a la larga no sé si es beneficioso o no cuando no tienes recursos ni futbolísticos ni de club muchas veces como para afrontar tantos eventos.

¿Y el Baskonia?

-Pues la verdad es que veo años un poco difíciles. Creo que su fortalrza es estar en Europa y cada vez se le está haciendo más complicado. No puede vivir sin vender y estructurar equipos fuertes con potencial a corto-medio plazo no es tan fácil, porque los resultados a nivel profesional se exigen de manera inmediata. Yo veo un equipo por hacer, que todavía tiene que dar lo mejor.

¿La última, me dicen que ha tenido alguna confusión con Mel Gibson?

-(Ja, ja, ja) Bueno, dicen que tengo un aire a él, que me doy un aire. Y me viene desde hace muchísimos años, desde un viaje que hice a Cuba para disputar un Mundial de pala en los noventa. Me quedé extrañado cuando me lo comentaron pero es verdad que me lo han dicho y, no es por nada, pero muchísimas más mujeres que hombres. Ahí lo dejo...

¿Y qué opina su mujer de que lo digan tanto?

-Ah, no tengo ningún problema. Incluso me ha dicho que es verdad que puedo parecerme un poco. De ojos para arriba sobre todo. l

Nombre. Tomás Lacalle Usabiaga.

DNI. Nació en Ordizia el 4-2-1971. Vive en Vitoria desde 1989.

Familia. Está casado con Inma y tienen un hijo de diez años, Iker.

Formación. Es licenciado en IVEF y trabaja de bombero en Llodio.

Trayectoria. Acumula infinidad de txapelas en las diferentes modalidades de pala. Participó en los Mundiales del 90, 94 y 98, logrando un oro y una plata. Campeón de la Copa del Mundo en el 2000. Sigue siendo el referente de la pala en Álava a pesar de sus 43 años.

Una película. ‘Dias De Fútbol’.

Un actor. Ernesto Alterio.

Una actriz. Emma Suárez.

Un libro. Uno técnico o especializado en temas relacionados con mi trabajo o mis aficiones.

Una comida. Toda, y si es cocinada por mi madre mejor.

Una bebida. Una buena cerveza en buena compañía.

Un lugar para perderse. Cualquiera que me ayude a desconectar.

Una virtud. Honradez y humildad con sentido del humor.

Un defecto. Impuntualidad suiza.

Un vicio. La actividad

físico-deportiva.

Otro deporte. El rugby.

Un ídolo. No tengo. Prefiero

tener referentes.

Una ciudad para vivir. Vitoria.

Su peor recuerdo. No lo recuerdo.

El mejor. El nacimiento de mi hijo.

Un grupo de música. AC/DC.

Una canción. ‘Bohemian Rhapsody’. Obra maestra de Queen.

Un viaje por hacer. Un tour por Europa.

Le gustaría aprender... A ser un buen D.J.

Un programa de la tele . Cualquiera que me entretenga y me relaje.

Una serie. ‘Los Simpson’

Un nombre de mujer. Inma, el

de mi mujer.

Y de hombre. Iker, el de mi hijo.

Un color. El rojo.

Un deportista. Michael Jordan.

Una pasión. La música.

Un error. Intrascendentes.

Un sueño por cumplir. Pinchar música en un estadio repleto de gente. Ojalá no se cumpla?