madrid - Un ultra del Frente Atlético que participó en la pelea del domingo contra seguidores de los Riazor Blues, antes del partido contra el Deportivo, que se saldó con varios heridos y un fallecido del club gallego, ha afirmado que estaban esperando la llegada de los seguidores del conjunto coruñes, que la escalada de violencia no va a detenerse entre bandas de clubes oponentes y que el riesgo de perder la vida es algo asumido.

En declaraciones a Cuatro, tras una capucha y de espaldas a la cámara para ocultar su identidad, el ultra rojiblanco asegura que estos enfrentamientos seguirán. “Cada vez que vengan ellos aquí o yo vaya allí. Es que esto es así, no hay otra historia. Está escrito, ni se olvida, ni se perdona. Siento mucho que haya caído. Ese no es tampoco el fin último. Lo que se intenta es dar una lección, no acabar con la vida de nadie. Tampoco somos animales. Yo lo siento por él, pero sabía a lo que se exponía”.

“Yo no dí ninguna puñalada a ninguno, sí un palazo a uno o dos, pero no una puñalada”, continúa su alarmante relato. “Tampoco fue nada del otro mundo. Otros días ha sido mucho más duro. Pensamos que podían llevar navajas, porque esta gente es así y suelen llevarlas. Son un poco cobardes. Entonces decidimos guardarnos unos palos, por si acaso se les ocurría llevarlas. No estaba pactado, porque en este tipo de peleas se pacta todo, lo que se lleva y lo que no. En este caso no podían llevarse armas, era a mano abierta”.

“Yo no les gusto a ellos y ellos no me gustan a mí. No quiero que esa gente esté en mi país y ellos no quieren que yo esté en el suyo. De hecho, hay gente que estuvo allí que no iba al fútbol, porque esto no tiene nada que ver con el fútbol. Que dejen al fútbol en paz, esto es ideología pura y dura”, siguió. “Esto no se para. ¿Por qué voy a parar con esa gente? No tiene que parar”, sentenció.