donostia - Sin querer quitarse la txapela de campeón de la cabeza y con una sonrisa de oreja a oreja, apareció Juan Martínez de Irujo en la sala de prensa después de la final del Manomanista. La felicidad personificada. “Esta es la mejor porque es la que acabó de ganar y la que voy a disfrutar en estos momentos”. Es su quinto entorchado en el mano a mano, una victoria con sabor especial después de haber sufrido un terrible desgaste tanto físico como mental: “Pocas txapelas o ninguna me han producido tanta comedura de cabeza como esta y tanto sufrimiento, dentro del frontón y fuera de él”.

Un gran inicio permitió a Irujo jugar con más tranquilidad y no sufrir como en ocasiones anteriores, sin embargo, Juan no se vio campeón hasta el último pelotazo, hasta que Julen Retegi mandó la pelota al ancho y el encuentro se cerró con el 22-9. “Cuando ha acabado el partido me he emocionado. Era algo que veía muy lejano y me voy a casa más ancho que largo”, dijo sonriente el nuevo campeón del Manomanista. Y es que, a pesar de contar con una ventaja más que amplia, Martínez de Irujo no vendió la piel del oso antes de cazarlo. Demasiados sufrimientos previos para confiarse. “El premio que hay pesa mucho y hasta que no llegas a 22 no respiras hondo. Mira que he tenido ventajas, pero en el mano a mano, el rival coge el saque, empieza a hacerte tantos y te asustas”, declaró el delantero de Ibero.

La final tuvo un devenir demasiado desigualado. La potencia de Juan fue demasiado para la férrea defensa de Julen; no obstante, para Irujo la victoria no fue cosa sencilla, también tuvo que exprimirse al máximo para sacar adelante el choque: “De fuera puede que se haya visto que era fácil, pero para nada”. Una victoria fundamentada, sobre todo, en su poderosa derecha. Un arma que ayer rindió a un nivel excelso y le hizo calarse su quinto entorchado del Manomanista. “Es lo que me ha hecho ganar esta txapela. Pero no solo hoy, durante todo el campeonato y la fase final del Parejas”, afirmó Irujo, que reconoció que comenzar con el disparo inicial fue una de las claves: “Me ha venido bien que me haya tocado el saque. Empezar haciendo tantos me ha ayudado para coger esa ventaja y, además, prácticamente no he cometido errores”.

Sin embargo, no todo fue un camino de rosas para Irujo, Retegi Bi también luchó para intentar sacudirse del dominio abrumador de su oponente y cuando el tanto se endureció, Juan sufrió: “Julen no te atosiga con el peloteo, pero le tienes que ganar. Es un pelotari que está bien en el frontón y le da todas a buena. Si no le desbordas, no le puedes ganar y en mi caso he hecho todo bien”.

El buen juego de Irujo quedó reflejado en su hoja de servicios, solamente cometió tres errores, sin arriesgar y evitando usar la izquierda. Una nueva manera de afrontar los partidos a la que Juan no da excesiva importancia: “No puedo jugar de otra forma. Con la izquierda fallo menos, pero igual no muevo tanto al rival”.

Ahora a Irujo le toca tomarse unas “vacaciones forzadas” debido a los problemas en su mano. “Esto se puede agravar más. No es nada grave, pero las pelotas son muy duras y las manos blandas, hay que parar”, explicó Juan, que disfrutará de un merecido descanso con su quinta txapela a la cabeza.