curitiba - La caída del campeón tuvo un final honroso el día que Andrés Iniesta se convirtió en centenario y leyendas como Xavi Hernández, David Villa y Xabi Alonso cerraban su brillante etapa en la Roja, en uno de esos partidos donde solo el escudo y la estrella te ayuda a motivarte sobre el césped.
Ante un rival como Australia, que te multiplica en ganas con la ilusión de volver a noquear a un campeón que ya estuvo tendido en la lona tras los directos de Holanda y Chile. En un duelo al que unos futbolistas se apuntaron para dar la cara y otros optaron por dar un paso al costado, bajo la sospecha de molestias musculares, en un fin de ciclo que no ha estado a la altura de seis años de leyenda. Una lástima que el futbolista que cambió el andar de la Roja, Xavi Hernández, no se despidiese sobre el terreno de juego dando su última lección de toque. Sí lo hicieron Xabi Alonso y un David Villa tan desequilibrante que sacó a relucir uno de los errores de Vicente del Bosque en el Mundial.
Por el camino, en la adversidad, renunció al gol del máximo artillero de la historia de la selección -Villa- y hundió la autoestima de Cesc Fábregas, renunciando al falso nueve que tanto éxito le dio en la última Eurocopa. El punto y final a la generación de oro nació con las dudas de los partidos que a punto estuvieron de provocar la defensa más deshonrosa de un campeón del mundo. La España sin identidad de Holanda y Chile parecía asomar sobre un césped en malas condiciones, superada por la mayor motivación del rival que acudía al encuentro como si algo le fuese en juego en el envite.
Sergio Ramos aceptó la propuesta con raza y Villa fue el ejemplo para el resto. Era la despedida de un goleador que ya es leyenda y que deja números para la eternidad, con Fernando Torres como compañero de viaje. Sin el factor de motivación sólo restaba tirar de orgullo y tras alguna llegada de Australia con Reina saliendo rápido a los pies de Taggart y un disparo desviado de Leckie, llegó la reacción.
España pasó de falta de tensión a adelantar metros, dominar y aunar el toque con la verticalidad. Un taconazo de Villa dejaba solo a Jordi Alba ante Ryan, optó por la potencia y se topó con el portero australiano. Fue cuando apareció Iniesta para recibir el esférico y recular unos metros, como el que llama a rivales a un desafío. Cuando fueron por él encontró el espacio para lanzar el balón al desmarque de ruptura de Juanfran, que puso el pase de la muerte al taconazo de Villa y el primer gol de España de jugada en el Mundial. Había costado 216 minutos en el torneo.
Pudo empatar Australia, a la que nunca faltó voluntad: un centro desde el costado de Oar encontró el mal despeje de Jordi Alba pero Reina reaccionó con rapidez el día de su debut en un Mundial. Y también pudo aumentar distancias al borde del descanso la selección española. De nuevo Villa con un pase al espacio a Cazorla que picó el esférico sin encontrar portería ni rematador.
Australia no cesó en buscar el gol, e inquietar a Reina en los minutos de acecho, pero España capeó bien antes de cerrar el duelo. De nuevo Iniesta De nuevo un pase al espacio a Fernando Torres que definió a la perfección, ajustado al poste para marcar en un nuevo Mundial.
No fue el Mundial de una España de fin de ciclo que inicia el camino de la reconstrucción. No estuvo a la altura de lo esperado. La corona ya busca un nuevo dueño.