La selección española afronta un reto descomunal, como es enlazar un ciclo victorioso sin precedentes tras haber ganado la Eurocopa de 2008, conseguir el Sudáfrica el título mundial dos años después, reverdecer los laureles en la Eurocopa de Polonia y Ucrania en 2012 y ganar su segundo Mundial en la cueva del Pentacampeón, Brasil, profanando su santuario de Maracaná, lo que supondrá, por añadidura, convertirse en la primera selección europea que gana una Copa del mundo en América.

Es el último desafío para una generación de futbolistas brillantes, que terminaron con los complejos de antaño y acuñaron el gen ganador en una selección que siempre se quedaba tirada por el camino, a pesar de haber dispuesto de remesas de futbolistas de indudable talento a lo largo de su historia.

Sería la consagración de un estilo de concebir el fútbol asociativo de manera preciosista, emulando al Barça y la herencia que dejó allá Johan Cruyff y perfeccionó hasta lo sublime Pep Guardiola. Vicente del Bosque bebe el mismo agua, siguiendo los pasos de su antecesor, Luis Aragonés, que rompió amarras rumbo a la gloria en la Eurocopa de 2008.

Brasil es la última gran cita para Xavi Hernández, Xabi Alonso, David Villa, Iker Casillas o Fernando Torres. Nombres que protagonizan la edad dorada del fútbol estatal.

En la cita de Sudáfrica participaron dos jugadores del Athletic, Fernando Llorente, que apenas jugó unos minutos frente a Portugal, en los octavos de final, y Javi Martínez, que no llegó a debutar. Ambos, ahora, defienden otros colores al amparo de aquel éxito, la Juventus de Turín en el caso del delantero riojano y el Bayern de Múnich, en el caso del navarro, de tal forma que para esta edición mundialista el club bilbaino no aporta ningún futbolista.

Ander Iturraspe entró en la lista previa de 30 elegidos, pero quedó descartado en la definitiva, de 23 jugadores, confirmada la recuperación del azulgrana Busquets.

Finalmente, el fútbol vasco está representado por tres jugadores, los navarros César Azpilicueta (Chelsea) y Javi Martínez (Bayern) y el guipuzcoano Xabi Alonso (Real Madrid). Vicente del Bosque ha introducido savia nueva, con jóvenes como David de Gea, Azpilicueta, Koke Resurrección o Diego Costa, un brasileño nacionalizado español que finalmente optó por defender a la roja desoyendo la llamada de última hora de Felipe Scolari, seleccionador de la verdeamarella. Sin lugar a dudas será un punto de referencia, ya que está llamado a triunfar en su tierra, donde el fútbol es religión, y contra los suyos. Brasil mira con recelo a España, a quien vapuleó (3-0) en la pasada Copa Confederaciones. Pero esta es otra historia, y muy distinta.