Bilbao- Cuando José Javier Zabaleta tuvo que decir adiós al Manomanista, Urrutikoetxea explicó que tenía todo preparado para ese día y que el de Etxarren "se merecía jugar". La lesión ha trastocado los planes de Mikel que afronta mañana un encuentro en el Bizkaia muy complicado. El premio es grande.
Ha tenido que esperar unas semanas para jugar, pero ha tenido tiempo para prepararse a conciencia, ¿cómo está?
-Entrenando la verdad es que me estoy encontrando bastante bien. Pero siempre he dicho que entrenando puede ser una cosa y luego donde hay que demostrarlo es vestido de blanco. Siempre suele haber tensiones, nervios y demás y lo malo del mano a mano es que solo tienes un partido y si ese día no estás bien o te sale malo, te vas para casa. Esperemos que el domingo estemos bien, frescos, y podemos disfrutar.
¿Cómo le afecta el hecho de haber entrado en semifinales del Manomanista de forma directa?
-Es un premio, pero afecta. A la hora de la confianza yo prefería haber jugado, y además ya estaba preparado para hacerlo el 24. Al final, por la mala suerte que tuvo José Javier Zabaleta, con una rotura de fibras, no pudo jugar y pasé directamente. Esto afecta a la hora de coger confianza, porque si juegas coges ritmo para semifinales. Además, he tenido que esperar mucho tiempo hasta este partido. Llevo bastante tiempo preparándolo y espero estar bien.
¿Tener tanto tiempo para preparar la semifinal le hace llegar mejor que otros años?
-El año pasado también lo preparamos muy bien. Pero, aparte de preparar, estás compitiendo todas las semanas con un partido del mano a mano y la competición siempre te da ese punto. Yo este año aún no he podido jugar por esa lesión de Zabaleta y la suspensión de la eliminatoria de cuartos, pero espero llegar bien a ese partido. Entrenando me encuentro a gusto y para el domingo llegaré bien.
Tuvo la oportunidad de ver in situ cómo estaba Irujo en su primer partido del Manomanista porque le tocó disputar el telonero, ¿cómo cree que llega el delantero?
-Yo creo que llega bien. Está jugando serio y le está dando mucho a la pelota. Es un gran manomanista y solo hay que ver su palmarés. Sé que tengo un partido muy complicado e intentaremos salir con confianza, tranquilo si se puede y luchar tanto a tanto. Porque aquí, como se vio el domingo en el partido entre Retegi Bi y Olaizola II, hay que llegar a 22 y hasta que no llegue uno, los partidos no se acaban.
¿Por dónde pueden ir los tiros del partido?
-Nunca se sabe. La verdad es que yo espero a un Juan agresivo, que le dé mucho a la pelota y juegue serio como últimamente. Yo intentaré hacer lo mío y cuando tenga la oportunidad también intentar castigar con la pelota y tratar de desplegar mi juego. A ver si sufriendo podemos tener alguna opción.
Le toca jugar, además, con el pelotari más laureado del Manomanista de los que siguen en activo en el campeonato.
-Solo hay que ver su palmarés. Juan es un grandísimo pelotari y ya sabemos lo que juega mano a mano. Siempre está en las finales o cerca de las finales y eso dice mucho de él como pelotari.
El año pasado llegó a las semifinales del mano a mano y otra vez se vuelve a encontrar en la misma situación.
-Desde el año pasado que jugué ese Manomanista, yo creo que cada día me encuentro más a gusto en la cancha. Cada día estoy disfrutando más. Luego, las manos me están respetando. Últimamente las tengo bastante bien. En el Parejas, Beroiz y yo conseguimos llegar a semifinales y las cosas nos están saliendo bien. Este último año, de cuatro competiciones grandes voy a jugar tres semifinales. Poco a poco vamos dando esos pasos, pero no hay que dormirse. Soy consciente de que todavía hay que mejorar, seguir aprendiendo y a ver si día a día seguimos dando más pasos, que es lo importante y no estancarse.
Esa era la hoja de ruta, ¿no? Estamos hablando de un trabajo de años, no de unos meses.
-Los primeros años me costó un poco, como es normal. El salto es un poco grande de aficionados a profesionales. Este último año, la verdad, me han respetado las lesiones y eso ayuda a coger juego y confianza en uno mismo. Las cosas están saliendo bien, la empresa me ha dado la oportunidad de jugar alguna feria en verano y el campeonato de Parejas y eso da otra confianza.
Se dice que los jóvenes que vienen no tienen que llamar a la puerta, tienen que echarla abajo...
-Bueno, está claro. Aquí para poder despuntar hay que ganar a esos de arriba. Está claro que juegan muchísimo a pelota, hay grandísimos pelotaris y con ellos se aprende mucho y uno se curte mucho en la cancha.
De hecho, le ha tocado en muchas ocasiones hacer de rival de Olaizola II en muchos entrenamientos.
-Por suerte he podido entrenar con Aimar muchas veces mano a mano. De ellos se aprende un montón. Si se mira el palmarés de Aimar, se ve todo lo que juega. En los entrenamientos te fijas en todo lo que hace y, después, lo ensayas para aprender de ello.
Hablamos del curso que ha vivido, pero ¿qué le ha enseñado cada uno de los torneos disputados desde el Manomanista de 2013?
-El Manomanista tuve que empezarlo desde abajo. Sabía que podía andar bastante bien porque entrenando me encontraba a gusto, pero no tenía la suerte de pasar la primera ronda. El año pasado di un salto bastante grande. Llegar a semifinales y jugar aquí contra Aimar era algo bonito. En Parejas era consciente de que tenía que aprender mucho a la hora de terminar el tanto. Nadie daba un duro por nosotros, como ya dije, para entrar en semifinales y allí estuvimos. Al final, de estas cosas aprendes a madurar, aprendes a estar más tranquilo en la cancha. Todavía soy consciente de que algunas cosas quedan por aprender, pero con los años y entrenando duro esperemos que las cosas salgan.