Sevilla - El amistoso que ayer enfrentaba a España y Bolivia para calentar motores de cara al Mundial apenas tuvo historia. La Roja se sabía superior y jugó con su adversario como un gato juega con un ratón antes de merendárselo, sólo que el felino, al menos ayer, anda aún justo de ese "hambre" que Del Bosque señala como clave. Y de gol. El primero tuvo que llegar de penalti, que metió Torres con una panenca mal ejecutada pero afortunada. A partir de ahí España empezó a gustarse y casi se reconoció exhibiendo algo más que orden. E Iniesta se aprovechó para colar un derechazo. Pero Del Bosque, sin duda agradecerá que el camino que lleva hasta Brasil todavía es largo. - Álvaro González
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