Belfast - En este Giro de Italia la velocidad va a ser cosa de Marcel Kittel. Sin Cavendish, sin Sagan o sin Greipel, los finales al sprint pueden ser todos para el alemán del Giant-Shimano. Ayer lo demostró en la primera oportunidad que se encontró en la carrera rosa. A pesar de no salir bien colocado tras la última curva, a escasos trescientos metros de la meta, Kittel hizo una exhibición de su genial estado de forma para ganar la primera etapa en línea del Giro. Con la presión de ganar diluida a las primeras de cambio, seguro que llegan más.

La etapa de ayer, con salida y meta en Belfast, también sirvió para que se produjese el primer cambio de liderato. El australiano Michael Matthews disputó el sprint en busca de la victoria de etapa y llegó octavo en un grupo que, por las prisas del momento, le arañó tres segundos al pelotón. Fue suficiente para quitarle el maillot rosa al canadiense Svein Tuft.

Después del accidentado prólogo de la víspera, en el que el Garmin se estrelló con el asfalto y algunos favoritos a la general perdieron más tiempo de lo esperado, como Nairo Quintana y Joaquim Rodríguez, la segunda incursión por suelo irlandés presentó una jornada un tanto anodina. Solo los espectaculares paisajes de la isla, con sus verdes imposibles y acantilados de cuentos de hadas, y una escapada con cuatro corredores arrancaron a los espectadores del tedio.

Cuando tan solo se llevaban 40 kilómetros de etapa un cuarteto formado por el holandés Maarten Tjallingi, del Belkin, el colombiano Jeffry Johan Romero, del Colombia, el belga Sander Armee, del Lotto-Belisol, y el italiano Andrea Fedi, del Neri Sottoli, contaban ya con más de seis minutos de ventaja. El pelotón, un tanto remolón ante la lluvia intermitente de primera hora de la tarde, dejó hacer a los aventureros.

Tuvo que ser el equipo del líder el que tomara la responsabilidad de poner remedio a la fuga. No encontraría el auxilio de ninguna otra formación hasta el último tramo de la etapa, mucho después del susto que supuso una caída masiva en la ascensión de Cushendall, una tachuela de seis kilómetros y desnivel medio del tres por ciento. Después los equipos con sprinters se sacudieron la pereza y empezaron a mover efectivos en la cabeza del pelotón.

Los integrantes de la escapada fueron viniéndose abajo y sería Tjallingi el último en sucumbir ante el empuje del gran grupo a tan solo cuatro kilómetros de la meta. Al ciclista vegetariano le quedó como consuelo el poder subir al podio para enfundarse el maillot de la montaña.

Una vez que el pelotón devoró los últimos kilómetros entre codazos, Michael Matthews y Mitcher Docker se las prometían felices, pero el primero no salió bien parado de la última curva y el gregario perdió la concentración mirando hacia atrás, por lo que no pudo lanzarle como es debido en la recta final. El alemán Kittel no tuvo dudas y remontó posiciones con una facilidad pasmosa que le sirvió para sumar su cuarto triunfo en lo que va de temporada. Hace unos meses se encargó de estrenar su palmarés de la temporada con tres triunfos de etapa en el Tour de Dubai.

En el fragor de la batalla el pelotón perdió tres segundos, lo que le quitó el maillot de líder a Svein Tuft en favor de su compañero Matthews.

En otro orden de cosas, el alavés Koldo Fernández de Larrea no tomó la salida en la etapa de ayer al tener la clavícula lesionada tras la caída de la etapa prólogo, la misma que dejó a su compañero Daniel Martín fuera del Giro.