Vitoria - Hay algo más que lo puramente deportivo cuando uno asume un reto que va más allá de lo humanamente recomendable. Un riesgo a todas luces innecesario que sin embargo explica el porqué del auge de este tipo de modalidades deportivas en los últimos años. Lo que hasta no hace mucho era una cuestión exclusiva para superhombres, hoy en día se ha convertido una apasionante rutina afrontada por todo tipo de aventureros y deportistas que cada día, en todo el mundo, inunda de carreras y pruebas extremas el circuito internacional. Eventos respaldados cada vez con más notoriedad por las grandes marcas donde el ser humano combate no solo contra sí mismo sino también contra esa cadena de elementos que la naturaleza siempre ha puesto a disposición del hombre para satisfacer su afán de superación. En ese duelo hombre-tierra se encuentra, en esencia, la génesis de competiciones como la Titán Desert, probablemente la carrera de ciclismo (mountain bike) por etapas más dura del mundo. Un recorrido que transita por el angosto desierto de Marruecos durante seis días al que este año se han querido apuntar un puñado de alaveses, entre ellos, el alpinista Juanito Oiarzabal.
La popular carrera camina ya por su novena edición y comenzó el pasado domingo en Midelt. En esta ocasión, se da la circunstancia de que el pelotón de valientes, un total de 425, está haciendo frente a la prueba más dura de cuantas se han celebrado hasta la fecha, con un recorrido de 708 kilómetros que está atravesando escenarios como las montañas del Atlas y las dunas del desierto marroquí, con el mítico paso del Erg Chebbi, o el espectacular Circo de Jaffar, en el Alto Atlas. Entre los ciclistas vitorianos que el pasado viernes embarcaron desde Loiu a tierras africanas se encuentran Martin Ortiz, Manolo Estévez y Sergio Ibáñez de Opakua, representantes del club ciclista Alegría Dulantzi y del equipo Maestre, que es la primera vez que compite en esta durísima prueba apoyando a corredores alaveses. Según reconoce el fundador de esta cadena de tiendas especializadas en mountain bike, Pedro Maestre, "la carrera conecta muy bien con nuestra filosofía empresarial, de ahí que hace ya un tiempo que apoyáramos también a ciclistas de Bizkaia en esta misma prueba".
Juanito, con el Garmin En el exterior de su local de Juan de Garay aguardan Estévez y Ortiz, dos de los corredores amateur que apuran el viaje a Marruecos. Será su primera prueba de esta magnitud, de ahí que la mezcla de incertidumbre e ilusión asoma pronto por sus miradas. Tienen claro que el objetivo de esta aventura pasa por disfrutar de una prueba irrepetible y única en el mundo, donde lo primordial será entrar entre el pelotón de supervivientes el próximo día 2 en Maadid. "Eso sería el mayor triunfo", coinciden.
También el alpinista Juanito Oiarzabal comparte este mismo discurso. El vitoriano, que en la presente edición forma parte del equipo Garmin junto a otro gran aventurero como el asturiano Juan Sin Miedo Menéndez -hace pocas semanas se convirtió en el primer hombre de la historia en llegar al Polo Sur solo, sin ayuda y en bicicleta-, encara la Titán Desert sin la preparación física deseada pero con una mentalidad fuerte y necesaria para aguantar una paliza de este nivel. En la presentación de la prueba en Barcelona hace unas semanas ya calificó el laureado alpinista local -26 ochomiles a sus espaldas hasta la fecha- como "reto" a la Titán, "muy parecido a ascender un 8.000 metros", añadió. Según sus primeras impresiones, ser capaz de competir con éxito en esta exigente prueba va a ser más complicado de lo que cabría pensar para un deportista de sus condiciones, "ya que la Titán es dura como el Everest en cuanto a dificultad técnica y recorrido, así que mi objetivo es terminar", subrayó el vitoriano en presencia de Félix Dot y Manu Tejada, director general y director técnico de la prueba, respectivamente. La presencia de personajes como Juanito como gancho mediático para dotar a la prueba de una mayor notoriedad pública no es nueva.
Desde la primera edición de 2006, sus responsables siempre han entendido este tipo de reclamos como necesarios para contribuir al repunte deportivo y comercial de la misma. Así, por ejemplo, cabe destacar que es el mundo del ciclismo profesional uno de los mejores caladeros para pescar candidatos que completen la selectiva lista de dorsales. Y además con éxito de respuesta. El caso más llamativo en este sentido es el del bejarano Roberto Heras -tres veces ganador de la Vuelta a España, entre otros triunfos-, que se ha impuesto en cuatro de las ocho ediciones de la Titán Desert celebradas hasta la fecha. También han tomado parte en los últimos años otros colegas suyos del pelotón, ya retirados, eso sí, como Melchor Mauri, que se llevó el triunfo en la edición de 2007, el mítico Claudio Chiapucci o los vascos Peio Ruiz Cabestany y Abraham Olano.
chiapucci, heras, Olano... Después de las dos primeros etapas de montaña con un desnivel acumulado de 2.000 metros y unas temperaturas en claro descenso -ningún alavés al cierre de esta edición se había retirado-, el pelotón redescubrirá hoy el desierto marroquí a través de incómodos oueds, chots y pistas pedregosas que harán un poco más dificultosa la travesía. En posteriores etapas se regresará a zonas de interior con temperaturas que podrían alcanzar máximas de 45 grados y al desierto otra vez con sus temibles dunas, que la organización de decidido ubicar este año en la quinta etapa, la que partirá de Erg Chebbi hasta Merzouga con un total de 112,800 kilómetros. Precisamente en esta etapa tendrá lugar una de las novedades de este año como el Paso Garmin, un tramo sin señalizar en el que los corredores deberán utilizar con destreza su GPS y su brújula para llegar a buen puerto. Los tres primeros ciclistas que pasen por este paso obtendrán una bonificación de 90,60 y 30 segundos, respectivamente, en la clasificación general.