SI hay algo que todo el mundo dentro del mundo del baloncesto tiene claro es que el archiconocido carácter Baskonia es un sello que se recibe en la puerta de entrada del club de Zurbano que queda impregnado en la piel y el corazón de quien lo recibe como un tatuaje prácticamente imborrable. No solamente se mantiene activo mientras se defiende la elástica azulgrana (aquel que no lo demuestre sobre el parqué sabe que tiene las horas contadas en la entidad), sino que funciona también cuando se cambia de aires o incluso en el momento de poner punto final a la carrera deportiva. Porque las señas de identidad que se transmiten desde hace muchos años ya en el seno del Laboral Kutxa permanecen en el ideario de quienes las reciben que, en muchos casos, no dudan en aplicarlas a su vida personal. Pero no solamente eso. Los más devotos se convierten en nuevos apóstoles de las mismas desde los banquillos y reclutan fieles renovados con su trabajo.

Bien es verdad también que cada uno le aporta su particular toque personal, pero no lo es menos que en todos ellos puede encontrarse la esencia de lo que mostraron en su época de jugadores del Baskonia. Como consecuencia del veneno que recibieron dentro del Buesa, en la actualidad se da la curiosa circunstancia de que nada menos que tres de los dieciocho entrenadores que dirigen los designios de los equipos ACB son antiguos jugadores de la entidad alavesa.

El último en dar el salto ha sido todo un histórico como Marcelo Nicola. El argentino fue presentado ayer como primer entrenador del UCAM Murcia, donde hasta ahora ejercía de ayudante de Óscar Quintana, destituido por los malos resultados del equipo. Junto al inolvidable cuatro azulgrana -probablemente uno de los jugadores de más talento que han pasado por el baloncesto español en toda su historia-, otros dos nombres propios escritos con mayúsculas en la trayectoria del club vitoriano han cambiado con notable éxito las zapatillas por el traje y la corbata. Se trata de Pablo Laso y Velimir Perasovic, entrenadores en estos momentos del imparable Real Madrid y el Valencia Basket respectivamente.

Un trío de campanillas que demuestra bien a las claras que la factoría de Zurbano lleva décadas trabajando al máximo de su producción y siendo capaz de ofrecer productos de primerísima calidad. Un valor intrínseco de la marca que provoca que las exportaciones no sólo sean constantes mientras los jugadores están en activo sino que se producen igualmente dentro de los banquillos.

Curiosamente, los tres entrenadores de la Liga con pasado baskonista en su etapa como jugadores tienen muchos puntos en común. Para empezar, que compartieron pista durante muchos e intensos minutos, puesto que Laso, Perasovic y Nicola eran la columna vertebral de aquel Taugrés de la década de los noventa que comenzaba su imparable ascensión hacia lo más alto del baloncesto español y continental. Así, los aficionados alaveses guardarán en sus retinas infinidad de grandes momentos -alegres, tristes e incluso dramáticos (cómo olvidar el tremendo susto protagonizado por el argentino en la Copa del Rey de Sevilla al golpearse la cabeza contra el suelo tras realizar un espectacular mate)- protagonizados por los ahora técnicos.

Pero es que además, especialmente en el caso del vitoriano y el croata, han seguido caminos muy similares en su paso a los banquillos. De esta manera, ambos ponen punto final a su trayectoria como jugadores a la conclusión del curso 2002-03 y muy poco tiempo después les llega su primera gran oportunidad. Avalados probablemente por su carrera sobre el parqué, Laso se hace cargo del Pamesa Valencia en la campaña 2004-05 tras haber dirigido el año anterior a su filial y Perasovic hace lo propio con el Caja San Fernando después de haber sido director técnico del KK Split. Sin embargo, esta primera aventura se salda sin mucha suerte y los dos son destituidos unos meses después. A partir de ahí, arranca la reconstrucción de sus respectivas trayectorias como entrenadores.

De este modo Peras regresa a Vitoria para sustituir a Pedro Martínez mediado el ejercicio 2005-06. El balcánico hace historia al convertirse en el primer técnico que gana la Copa del Rey después de haberla levantado también como jugador. Además, disputa la Final Four y la final de la ACB. La temporada siguiente, sin embargo, el club aprovecha un problema de salud para hacerle salir por la puerta de atrás de Zurbano. Laso, mientras tanto, crece en la LEB dirigiendo al Cantabria Lobos primero y al actual Gipuzkoa Basket después. En Donostia logra el ascenso a la ACB y firma tres notables campañas al frente del equipo que le hacen ser reclamado por el Real Madrid en el curso 2011-12. Perasovic, por su parte, pasa por Estudiantes, Cibona y Efes Pilsen con suerte desigual hasta recalar el año pasado en Valencia. En sus actuales destinos, la suerte les ha vuelto a sonreír a ambos.

El alavés es el entrenador de moda en Europa tras convertir al vigente campeón de Liga en una máquina indestructible que no conoce la derrota y, por si fuera poco, deleita con su espectacular juego allá donde va. Perasovic, por su parte, ha colocado a su Valencia en la segunda posición de la ACB y, en una plaza tan complicada como la taronja, ha devuelto la ilusión por el baloncesto a los ches.

Unas trayectorias a las que todavía les quedan muchos capítulos brillantes por escribir pero en las que resulta evidente en múltiples aspectos el ADN baskonista que inocula la factoría de Zurbano. A partir de ahora, Marcelo Nicola se suma a esta estela como máximo responsable del UCAM Murcia y habrá que comprobar si recorre un camino igual de exitoso. Tras unos cuantos años como ayudante -primero en Italia y junto a Óscar Quintana en Murcia desde la pasada temporada-, ahora le llega su gran oportunidad. "En la vida siempre hay una primera vez para todo y la experiencia no la vas a comprar al supermercado. Entrenadores como Xavi Pascual o Joan Plaza han tenido una primera vez como entrenadores sin experiencia. Cada uno tiene sus recursos e intentaremos exprimirlos al máximo", valoró ayer durante su presentación oficial. Durante esta comparecencia, el argentino desveló alguna de las claves que desea trabajar. "Hay que mirar hacia delante. Me gustaría cambiar la cantidad de derrotas y victorias, me gustaría que los números fueran, por lo menos, invertidos. Hay que ir día a día, mejorando, y jugar partido a partido. Tengo que hablar con los jugadores, intentar levantarles la moral, trabajar todos los días, e intentar recuperar la frescura. Todos los jugadores tienen que echar una mano en lo poco, o en lo mucho, que se les pida", argumentó.

Más casos Con ser probablemente los más conocidos, estos no son los únicos casos de exjugadores del Baskonia que han dado el salto a los banquillos y han llegado al primer nivel. De esta manera, el estadounidense Scott Roth y el alemán Sebastian Machowski también pertenecen a este selecto club. El primero, que jugó en Vitoria en la temporada 1990-91 a las órdenes de Herb Brown es desde hace tiempo uno de los técnicos asistentes más reputados de la NBA, donde ha pasado por diferentes franquicias como Memphis o Toronto. El teutón (al que dirigió Scariolo en el curso 98-99) por su parte se puso la corbata tras diecisiete años como jugador profesional y camina en esta nueva etapa con paso firme. Así, fue finalista de la pasada Liga alemana a los manos del Oldenburg, siendo elegido Entrenador del año, y este año continúa en el puesto (fue eliminado por el Bilbao Basket de la Eurocup en el último segundo). Otros como Brent Scott (asistente en la NCAA) o Ralph McPherson (entrenador de high school), han dado el salto sin llegar al primer nivel.