En Australia todo vuelve a empezar. El Melbourne Park acoge el primer Grand Slam de un año en el que Rafa Nadal y Novak Djokovic librarán una lucha sin cuartel por el número 1 del mundo. El balear tuvo que protagonizar la mejor temporada de su carrera, después de siete meses de baja por lesión, para hacerse con la plaza que había sido propiedad del serbio durante 40 semanas seguidas. Sus rivales empiezan a asumir que ambos son "de otra galaxia" en un circuito que abre una sima entre ellos y los demás.
870 puntos separan a Nadal y Djokovic en el comienzo de un torneo que abrirá más distancia a favor del de Manacor, que el año pasado no disputó el torneo australiano por lesión y solo puede sumar en el camino hacia su segundo triunfo en el Rod Laver Arena. En cambio, el de Belgrado busca su cuarto título seguido bajo el calor de Melbourne, la única forma de no perder puntos en su cuenta. Además, cada Grand Slam plantea un reto a jugadores acostumbrados al éxito. Rafa Nadal busca ser el segundo tenista tras el mítico Rod Laver que gana al menos dos veces cada uno de los torneos grandes para empatar a Pete Sampras en el segundo puesto de todos los tiempos con catorce. Novak Djokovic, por su parte, quiere ser el primero en la Era Open en ganar en Australia cuatro veces seguidas, para cinco en total.
Como si el destino quisiera entrometerse en una rivalidad que está engrandeciendo a dos tenistas de leyenda, el sorteo colocó a Rafa Nadal ante un cuadro complicado, lleno de tenistas aussies y ganadores de Grand Slam, y un estreno de doble filo. Su primer rival será el martes el local Bernard Tomic, un joven de 21 años del que se sigue esperando un salto de calidad en cualquier momento. Como indicio de sus condiciones, acaba de jugar la final de Sydney. Monfils, Raonic, Nishikori, el rejuvenecido Hewitt, Del Potro, ganador ayer en Sydney, Federer, hasta una posible semifinal ante Andy Murray, pueden salir al paso del mallorquín, que encontrará la dificultad de una pista algo más rápida de lo habitual. Djokovic, por su parte, abrirá el torneo ante el eslovaco Lukas Lacko en un recorrido mucho más amable que le llevaría a una semifinal ante Berdych o Ferrer.
en busca de los 40 duelos Aún se recuerda en Australia la enorme final de 2012, la que duró casi seis horas, la única que ha medido a los dos grandes del tenis actual en Melbourne. Ahora, las nuevas condiciones del torneo pretenden abrir nuevas posibilidades para todos, igualar el juego de día y de noche. Pero a casi nadie le importaría que el cuadragésimo duelo entre Nadal y Djokovic se produjera dentro de dos semanas. Los dos últimos de 2013 en Pekin y Londres cayeron del lado del balcánico, que aún no ha competido este año y se ha preparado en Marbella junto a Boris Becker, su nuevo entrenador principal. Boris Becker. Nadal, en cambio, se apuntó el torneo de Doha antes de prepararse a conciencia para un Grand Slam en el que solo ha disputado dos finales y que será el preludio de la pelea por la cima del tenis que se prolongará durante todo el año.
Nadal tiene que defender muchos puntos, salvo en Wimbledon, pero Djokovic también. Es lo que provoca que ambos se repartieran prácticamente todos los torneos importantes en 2013. El balear sabe que debe cuidar su cuerpo en busca de la excelencia y para ello ya ha renunciado a la primera eliminatoria de Copa Davis de España ante Alemania, que se jugará justo tras el Abierto de Australia. Porque el duelo de gigantes será durísimo en la campaña de tierra de primavera que conduce a Roland Garros. Allí vuelve a estar el foco de Novak Djokovic, que sigue empeñado en ganar el único Grand Slam que le falta y que se le resiste por el dominio que ejerce Nadal. Hasta entonces, los dos se mirarán de reojo mientras se espera que el circuito se anime a otros aspirantes. Para ello, varios jugadores han cambiado sus equipos de trabajo, a los que se han incorporado viejas glorias que pueden hablar más de cuestiones mentales que puramente técnicas. Además de la ayuda de Becker a Djokovic, Ivan Lendl se mantiene junto a Andy Murray, que regresa tras perderse la parte final del año pasado por lesión, Stefan Edberg aconsejará a un Roger Federer que llega del peor año de su carrera y Sergi Bruguera entrenará a Richard Gasquet. También David Ferrer, número 3 del mundo, ha puesto fin a su relación de quince años con Javier Piles, el hombre que forjó toda su carrera. Quizás Juan Martín del Potro, quinto del mundo, sea el candidato más firme a incrustarse en la dictadura que ejercen Nadal y Djokovic en un circuito inamovible. El tandilense ya compitió cara a cara con Nadal y Djokovic hace un par de meses y si mantiene una buena condición física puede alcanzar al menos el podio ya que apenas 500 puntos le separan de Ferrer. El triunfo en Sydney coloca al argentino en la mejor posición de partida ante un torneo en el que en 2013 cayó en tercera ronda. Quizás Delpo pueda inscribir su nombre y su apellido en un palmarés que desde 2005, cuando se impuso Marat Safin, no ha ganado nadie que no atienda por Nadal, Djokovic o Federer.