Madrid. Alemania frente a Portugal, o lo que es lo mismo Mesut Özil frente a Cristiano Ronaldo por encabezar un grupo G en el que Ghana y Estados Unidos son rivales más duros de lo que, en principio, parecen.
Alemania está ante su oportunidad. En el último lustro ha hecho un fútbol más atractivo, pero sin premio. Sigue siendo muy fiable en las fases de clasificación, pero si no gana habrá quien añore la época en la que, con un fútbol menos atractivo, era un rodillo.
Portugal ha llegado con muchas dificultades, pero sería una sorpresa verla en octavos.
Ghana, subcampeona del munbdo sub 20 en 2009, regresa a un Mundial tras ganar seis de los ocho partidos en la clasificación. Su goleada por 6-1 a Egipto, el actual campeón africano, es la mejor tarjeta de presentación de un conjunto con poderío físico, con jugadores como Essien, Boateng o Asamoah Gyan.
Estados Unidos, a las órdenes del alemán Klinsmann, es una incógnita, porque no tiene problemas para ser una potencia en la Concacaf. Pero, pese a los intentos de la FIFA, el fútbol no figura entre los deportes favoritos de los estadounidenses, lejos aún de convertirse en una gran potencia de este deporte.