DE la misma manera casi que en esta época otoñal la lluvia provoca el nacimiento masivo de las tan preciadas setas, la geografía de Vitoria ha visto cómo, en los últimos años, surgían cual perretxikos otro tipo de productos bien diferentes. En este caso, sin relación con la gastronomía. Son, en cambio, la mejor representación de la espectacular eclosión que está viviendo un deporte hace no demasiado completamente desconocido, el pádel. De esta manera, a lo largo de los diferentes barrios de la ciudad -y también en los pueblos de la provincia- se han levantado múltiples complejos en los que poder practicarlo hasta conformar un dato que no puede dejar de llamar la atención. En este momento hay nada menos que 53 pistas -que en poco más de un mes serán 55- habilitadas para que palistas de todas las edades y niveles puedan dar rienda suelta a sus habilidades con la pelota. Un número que a simple vista puede parecer muy elevado y que, inevitablemente, obliga a plantear una pregunta, ¿se está viviendo una burbuja artificial que corre el riesgo de explotar en cualquier momento?
Pues bien, la respuesta más común a este interrogante es un rotundo no. Al menos, esa es la opinión de los expertos en el tema consultados por DNA y los datos que manejan así parecen corroborarlo. Porque la expansión que vive el pádel (no sólo en este territorio sino también a nivel global) provoca que el techo de su crecimiento no se perciba por ahora. De hecho, el boom que atraviesa le ha llevado a ser el tercer deporte con mayor número de licencias en España sólo por detrás del fútbol y el baloncesto. Una tendencia que también se mantiene en Álava, donde las 987 existentes en la actualidad le permiten gozar de una excelente salud (comparada con territorios vecinos, en Gipuzkoa sólo disponen de unas 300 y en Bizkaia, con una población muchísimo mayor, no pasan de las 1.400).
Algo a lo que sin duda contribuye la amplia y diversa oferta existente en la provincia. Porque las más de cincuenta pistas útiles (sin contar las que se han construido en urbanizaciones privadas) cuentan con perfiles bien variados. Así, por ejemplo, están las pertenecientes a la red municipal de instalaciones deportivas (Mendizorroza, Gamarra, San Andrés e Ibaiondo), las surgidas de iniciativas privadas (Padeleku, BAKH, Gimnasio K2, La Peña, El Estadio y Pádel Jundiz) y las abiertas en zonas rurales (Rivabellosa y Nanclares).
Un conjunto en definitiva muy variado que pretende cubrir todos los perfiles y necesidades de los practicantes de este deporte. Sin duda uno de los grandes responsables del crecimiento que ha experimentado y del buen momento del que disfruta en Álava es Jon García Ariño. Seleccionador español de categorías inferiores y creador del tradicional circuito alavés, fue uno de los impulsores hace unos años del primer centro dedicado en exclusiva al pádel. Así surgió Padeleku, que cuenta con doce pistas a disposición de sus socios. Su diagnóstico de la situación invita al optimismo. "Hace un tiempo, cuando empezamos con todo esto resultaba casi impensable pensar que podría llegarse a un punto como este pero la verdad es que yo creo que aún hay margen de crecimiento. Al margen de las licencias, el número real de practicantes es mucho mayor y podríamos situarlo tranquilamente sobre los 5.000", argumenta.
Y precisamente de la división de esta importante cantidad es de donde García Ariño -que la semana pasada estuvo en Argentina participando como técnico en el Mundial- encuentra información para augurar un futuro al menos igual de radiante que el presente actual. "La gran mayoría de los que jugamos ahora, empezamos a hacerlo ya de adultos. Sin embargo, en los últimos años se está trabajando muchísimo con las escuelas y cada vez hay más niños que lo practican. Eso quiere decir que se está creando una cantera de jugadores para muchos años, porque en este deporte se puede seguir en activo tranquilamente hasta pasados los sesenta", apunta.
Un punto de vista muy parecido tiene Alberto Roth, presidente de la Federación Alavesa. "Podemos decir tranquilamente que la salud del pádel es buena. Es cierto que en algún momento anterior hemos llegado a disponer de hasta 1.200/1.300 licencias pero la crisis se nota en todos los ámbitos. En cualquier caso, que haya menos fichas no quiere decir que haya menos practicantes. Siguen jugando aunque igual prefieren no pagar la licencia", valora.
Además, el directivo insiste en las posibilidades de futuro. "Estamos hablando de un deporte todavía muy joven y puede decirse que está aún en pañales. No sabemos dónde está el límite. Si echamos un poco la vista atrás vemos que hace doce años había ocho pistas en Vitoria y ahora mismo disponemos de más de cincuenta. Antes eran descubiertas y ahora prácticamente todas son indoor. El cambio ha sido brutal y se continúa avanzando porque se ha sembrado mucho y porque por ejemplo tanto desde Padeleku como desde BAKH se está trabajando muy bien", resalta.
Precisamente la ciudad deportiva del Baskonia es la segunda instalación con mayor número de pistas (10) en la provincia y, en sus cinco años de vida, el crecimiento ha sido constante. Así lo refleja su máximo responsable, Aritz Querejeta. "Sin duda es uno de los puntos fuertes de la instalación. Tenemos un nivel de ocupación de las pistas muy alto y nuestro club, el Playpadel, es el que más licencias tiene en todo Euskadi. Nos movemos entre las 450-500 y eso demuestra bien a las claras el boom que estamos viviendo", confirma.
Para el director general de BAKH, una de las razones que explica el éxito del pádel es el componente social y el carácter familiar que le acompañan. "Donde más se nota el crecimiento es en la escuela de niños y, muchas veces, a través de ellos acaba jugando toda la familia. Los padres vienen a acompañarlo y, al final, aprovechan el tiempo para probar ellos también y terminan enganchándose. No se necesita una forma física especialmente buena para empezar y es relativamente sencillo mejorar así que no resulta nada extraño ver a familias enteras jugando partidos", incide.
Y es que, en la mayoría de los casos, la práctica del pádel no supone la entrada en la competición, sino que se limita a un deporte meramente recreativo. Muchos de los que lo entienden de esta manera, acuden a las pistas municipales y las estadísticas corroboran que se trata de uno de los puntos estrella de la amplia red de instalaciones del Ayuntamiento. Así, los datos recogidos de enero a septiembre reflejan que las canchas de Mendizorroza, San Andrés, Ibaiondo y Gamarra han tenido 16.874 horas de uso. Teniendo en cuenta que hacen falta habitualmente cuatro personas para cada reserva, sale una espectacular cifra de 67.496 usuarios. Los números se entienden aún mejor si se trasladan a porcentajes, ya que el tiempo de utilización supone el 58% del total disponible. Considerando que se incluyen las pistas de Gamarra (descubiertas y, por lo tanto, muy poco utilizadas fuera de los meses de verano) y que el horario de apertura es muy amplio -trece horas al día-, el dato adquiere aún mayor relevancia. Y es que si se excluyera la franja matinal en la que normalmente los jugadores deben cumplir con sus obligaciones laborales o estudiantiles, el nivel de ocupación estaría muy cercano al 100%.
Precisamente ese es uno de los retos que tiene encima de la mesa uno de los últimos emprendedores en probar suerte dentro del mundo del pádel. Uno de los pioneros de este deporte en la provincia hace más de veinte años y responsable de las pistas de Ribavellosa hasta la fecha, Gonzalo Medrano ha aceptado junto a Susana Pipaón el desafío de redoblar la apuesta del Pádel Júndiz que se ubica en el polígono industrial. De esta manera, las tres pistas ya existentes se cubrirán y se construirán otras dos para ofrcer un nuevo escenario a los amantes de esta disciplina.
"Todavía no hemos alcanzado la cima. El crecimiento se está estabilizando pero estoy convencido de que todavía hay espacio en Álava para nuevos proyectos. Se puede crecer", destaca Medrano. A su juicio, el siguiente movimiento pasa por conseguir que la utilización de las pistas sea más constante a lo largo de todo el día. "Está claro que por las tardes tenemos el lleno prácticamente asegurado pero hay que tratar de atraer a más gente. En este sentido las mujeres tienen cada vez una mayor presencia -a diferencia de otros deportes aquí representan ya más del 30-40% de practicantes- y el trabajo con los niños es también fundamental".