Pamplona. Mikel Idoate no tiró la toalla en el Labrit y eso le valió para derrotar por la mínima a Iker Arretxe en el compromiso correspondiente a la primera jornada de la liguilla de cuartos de final del Cuatro y Medio de la LEP.M que enfrentó a ambos en el frontón pamplonés. El chantreano tuvo el partido perdido, pero se armó de valor para voltear un 21-18 adverso en el agónico final de un exigente choque (más de 300 pelotazos a buena en casi una hora de duelo). A Idoate le fue todo de cara en los últimos cuatro tantos, mientras que Arretxe II dilapidó su ventaja en un choque en el que casi siempre circuló por delante en el marcador.
Los escasos aficionados que se dieron ayer cita en las gradas del Labrit pudieron disfrutar de un partido emocionante, pero exento de calidad. Tanto Arretxe II como Idoate cometieron más errores de la cuenta, pero también se dejaron el alma sobre la cancha. Y es que fueron muchos los tantos en los que ambos pelotaris acabaron literalmente fundidos.
El primero en golpear fue Iker Arretxe. Con su material, su habitual capacidad de sufrimiento y su efectividad en el remate, el delantero luzaidarra se fabricó una suculenta renta de seis tantos (8-2). A Idoate le costaba responder a la violencia con la que su rival atacaba la pelota, pero nunca se vino abajo.
Críticas al material Idoate tuvo que trabajar una barbaridad para neutralizar la superioridad de su rival. El chantreano reconoció al término del encuentro que nunca se encontró cómodo y además se quejó de que el material de Arretxe tenía mucho bote. Aún así, pudo empatar el partido (15-15), igualada que se repitió un par de veces más (16-16 y 17-17).
Con un buen tute físico encima, parecía que Arretxe iba a salir victorioso del cuerpo a cuerpo. Lo tuvo en su mano (21-18), pero Idoate se la jugó. "Lo he visto todo perdido y he ido a por todas", reconoció después. Sacó su zurda a pasear para hacerse con una victoria que llegó a parecerle imposible. En cambio, Arretxe se lamentó. "Mi pelota se ha gastado y he cometido muchos fallos", dijo. Al menos, tiene tiempo para enmendarlos.