motegi. El Gran Premio de Japón de Moto3 fue una locura: primero, el líder Luis Salom era torpedeado por Isaac Viñales, para quien ayer cabía precisar que es el primo de Maverick Viñales, y el mallorquín quedaba anulado en los primeros compases, con ello, sus opciones de campeón quedaban prácticamente esfumadas; después, cuando Álex Rins veía el título en bandeja, rodando en alfombra roja pensando en rematar la faena en Valencia con el conformismo de una tercera plaza en Motegi, aparentemente sin ningún tipo de apuro y tratando de amarrar puntos, se fue al suelo en solitario, inexplicablemente, lo que devolvía a Salom a la pugna por la corona, y por último, Maverick Viñales, que apenas gozaba de posibilidades de ser campeón por ser el tercero en discordia, se veía rodando en cabeza, de lleno de nuevo en la liza por el Mundial y disputándose la carrera con un Álex Márquez que ansiaba su primer triunfo mundialista.

Y aunque Mav no cedió, terminó claudicando ante el menor de los Márquez -este venció por 27 milésimas-, que propició relegando a Viñales a la segunda posición que el Campeonato del Mundo de Moto3 llegue abierto por tres bandas al desenlace que acontecerá en la Comunitat Valenciana y la diferencia mínima de 5 puntos entre los tres candidatos. La victoria de carrera en Ricardo Tormo será equivalente a la conquista del título para Salom, Rins y Viñales, paradigmas de la igualdad. No serán los únicos que buscarán quedar con un buen sabor de boca en la última prueba del año, en Cheste, pues el bilbaino Efrén Vázquez vive persiguiendo una alegría.