berlín. Wilson Kipsang le arrebató ayer el récord mundial de maratón a su compatriota Patrick Makau al correr la distancia en Berlín en 2h:03:23. Con ello, Kipsang mejoró la plusmarca de Makau, 2h:03:38, lograda también en Berlín, al igual que los récords anteriores, del etíope Haile Gebreselasie. El keniano fue seguido en la meta por sus compatriotas Eliud Kipsoge, con 2:04:05, y Geoffrey Kipsang, con 2:06:26.

"¿Lo ha conseguido Wilson?", le preguntó Mikitenko al organizador de la carrera, Mark Milde, al llegar a la meta. Kipsang había anunciado como objetivo romper el récord del mundo y había mucha expectación. La carrera mostró desde el inicio que la posibilidad de que lograra su objetivo no era remota. Kipsang ya había estado cerca hace dos años en Fráncfort cuando se quedó cuatro segundos por encima. Ya la primera mitad se dio a ritmo de plusmarca del mundo. En el grupo de punta iban Wilson Kipsang, Viktor Kipchichir, Eliud Kipchoge y Geofrey Kipsang, todos kenianos. Todos los tiempos parciales entre a partir del kilómetro 5 eran mejores que los parciales del último récord del mundo.

El problema para la búsqueda del récord, objetivo que se había planteado Wilson Kipsong, era que el grupo era numeroso y existía el peligro de que empezaran a plantearse consideraciones tácticas de cara a la victoria. En ese contexto, el que tratara de imponer el ritmo ante los otros podía terminar pagando la factura mientras que los otros podían sacar partido de ello en el remate. El excelente trabajo de las liebres mantuvo el ritmo alto, Wilson Kipsong no intentó el primer ataque sino hasta alrededor del kilómetro 30, cuando la última liebre acababa de dejar el trayecto.

"Ese era mi plan, mantenerme en el grupo donde sabía que el ritmo iba a ser alto y tratar de atacar en los kilómetros finales", dijo después de la carrera. Sólo Kipsang y Kipchoge lograron mantenerle el ritmo. En ese momento, ya con sólo tres hombres en punta, empezaron las consideraciones tácticas. El ritmo seguía siendo alto pero la posibilidad de romper el récord del mundo empezó a parecer más lejano, al menos por un momento. El segundo ataque de Kipsang, hacia el kilómetro 35, sólo pudo ser resistido por Kipchoge. Entonces volvió a apretar y en el tercer ataque también Kipchoge se quedó atrás. Kipsang logró finalmente en solitario el récord del mundo.